«El equipo no pierde el ánimo por las derrotas, hay un gran ambiente»

A MARIÑA

CEDIDA

El Galipizza Viveiro perdió sus seis partidos y es colista en Primera Autonómica. «Sabía que sería duro», admite el entrenador, Aitor Freiría

27 nov 2019 . Actualizado a las 19:40 h.

Aitor Freiría (O Porriño, 1989) confesaba hace tres años en una entrevista a La Voz que «por amor» llegó al Galipizza Viveiro. Renunció a jugar en Primera Estatal para instalarse en la comarca de A Mariña con su familia. Ahora, después de retirarse como jugador, ha garantizado la supervivencia en Primera Autonómica del club de balonmano más representativo en la provincia de Lugo. Tomó el relevo de Enrique Villares en la presidencia y el de su hijo Javi en el banquillo del primer equipo. Aunque el inicio no ha sido de ensueño: seis partidos, seis derrotas.

-¿Cómo valora este inicio?

-Nos está costando competir, especialmente contra los equipos más potentes. La verdad es que contaba tener ya cuatro puntos, pero nos está costando mucho, como refleja la clasificación.

-¿Le parece que es justa esa clasificación?

-Este verano tuvimos 10 u 11 ausencias en la plantilla y eso se nota. Además algunos de los fichajes llevaban un par de años sin jugar. Nos ha costado competir, pero por el trabajo diario mereceríamos algo más.

-El exilio al pabellón de San Cibrao también es un lastre, ¿no?

-Llevamos tres semanas allí y para nosotros es difícil porque es un pabellón nuevo. En el nuestro nos sentimos más arropados, hay más público y estamos acostumbrados a él desde hace años. Casi es como jugar fuera.

-Casi todas las derrotas fueron abultadas. ¿Está muy tocada la moral de sus hombres?

-Ya contábamos con que sería un curso duro, pero hemos jugado contra algunos rivales directos y no pudimos ganarles. Claro que nos afecta moralmente.

-¿Hay mimbres para revertir la situación?

-Aquí hay buenos jugadores, el equipo tiene buen nivel, pero tenemos que conseguir ganar algún partido para arrancar. Nuestra reacción tiene que empezar en casa. Fuera es mucho más difícil porque estamos lejos de los demás equipos y muchos de nuestros jugadores trabajan a turnos y no pueden desplazarse con nosotros. Siempre viajamos con muchas ausencias, y con juveniles que juegan muchos minutos.

-Pese a las derrotas, la temporada estará siendo un máster acelerado para esos juveniles, ¿no cree?

-Tenemos una plantilla corta y viajamos siempre con cinco juveniles. Nos ayudan muchísimo y para ellos es muy interesante competir contra gente adulta, de mucha más experiencia. Les permite crecer. El club tiene una apuesta de futuro clara.

-Supongo que no estará siendo un primer año como entrenador de ensueño...

-Cuando me lo propusieron sabía a qué me enfrentaba. Sabía que sería un año muy difícil y así se lo transmití a los jugadores. Llevábamos muchos años jugando igual, y con 11 bajas tuve que hacer cambios en el sistema, en la forma de defender... Intenté retocar lo menos posible, pero está siendo un debut en categoría sénior complicado para mí. Al menos puedo quedarme con la actitud del grupo. El equipo no pierde el ánimo por las derrotas, hay un gran ambiente. Todos los jugadores se animan entre ellos continuamente y ayudan y enseñan a los juveniles en todo lo posible. Eso es algo importantísimo porque es lo que da fuerzas a todos para seguir trabajando.