Seguros, profesionales, obsesivos; los cinco ayudantes del indomable doctor Gregory explican su llegada a la serie.
16 feb 2008 . Actualizado a las 13:52 h.De los 40 aspirantes a formar parte de la nueva cuadrilla de Gregory House sólo cinco cruzaron la línea de fuego. Y claro, viniendo del arrogante jefe del Hospital Princeton-Plainsboro, ésta no fue una selección cualquiera. Para entrar en su equipo médico hay que poseer, en otros otras cosas, una pequeña porción de la indomable personalidad de House. Difícil, ¿no? Pues después de un exhaustivo 'casting' repleto de disparatadas pruebas, la nueva temporada de la serie arrancó con cinco caras nuevas que cubrirán las vacantes dejadas por Cameron, Chase y Foreman.
Seguros de sí mismos y profesionales hasta la obsesión, la remozada plantilla de Gregory House continúa tratando enfermedades raras bajo la atenta supervisión del jefe. La doctora Amber Volakis (Anne Dudek) fue una de las primeras en caer en sus garras. «House está convencido de que soy una verdadera traidora traviesilla, a la que respeta porque soy capaz de cualquier cosa para conseguir el trabajo», señala la rubia doctora a la que Gregory ya tilda de «zorra implacable».
En la escala de veteranía, el narigudo cirujano Chris Taub (Peter Jacobson) decidió dar un giro a su carrera abandonando el renombrado Park Avenue de Nueva York para trasladarse al coqueto hospital de Princenton. «Taub estaba atravesando una crisis y necesitaba escapar de la falsedad del mundo de la cirugía plástica para integrarse en un ámbito más humano», cuenta el actor, al que House elige por la experiencia, seriedad y profundidad «que otros no tienen».
Los jóvenes
Un médico «perfecto», que aspira a la excelencia, pero que esconde secretos que no quiere desvelar es el doctor Jeffrey Cole (Edi Gathegi). Creyente, inteligente y un tanto introvertido, «se siente seguro y sabe que haciendo un buen trabajo se fijarán en él», afirma.
Algo parecido le ocurre al doctor Lawrence Kutner (Kal Penn), un joven espabilado al que House readmite por su ojo clínico para las enfermedades raras. «Pienso de forma poco habitual, como él, y no me gustan los métodos de diagnóstico tradicionales, como él», asegura Kutner.
Caso opuesto es el de Trece (Olivia Wilde), la guapa de la plantilla a la que House llama por el dorsal que le asignó en las pruebas de selección. A diferencia de Cole y Kutner, no parece la típica empollona ni el ratón de biblioteca sabelotodo, pero a Gregory le gusta porque su vida está rodeada de un profundo halo de misterio. «Es simpática, tranquila, sosegada y protectora de su intimidad. House está desando averiguar quién soy, pero ¡no hay forma!», comenta.
Secundarios con peso
Como espectadora, Olivia Wilde afirma que la serie de Cuatro «siempre» giraba en torno a Hugh Laurie y su dominio de la comedia, «pero ahora los guionistas están incluyendo situaciones disparatadas» en la que adquiere mayor protagonismo el resto del personal.
Wilde recuerda la risa que pasó el primer día de grabación en el que Laurie soltó una frase al más puro estilo House: «¡Mira, mira lo que ha dicho, y lo tengo a un metro!», lanzó ante la carcajada generalizada.
Todos los actores coinciden en la emoción de formar parte de una serie que han seguido desde su comienzo - «es muy divertido», reconoce Anne Dudek- y explican que lo que hace de House una comedia tan «adictiva» es que, en teoría, «no debería gustarte».
«No debería de gustarte una serie con un protagonista tan desagradable, no debería funcionar», afirma el joven moreno Kal Penn. «Pero gusta porque se toma una gran licencia artística y ves cosas muy pocos comunes en televisión», destaca.
La clave, según Penn, es que la trama tiene lugar en un hospital pero no va realmente de medicina, «sino de relaciones entre distintas personas» con el indomable Gregory House en el epicentro de la discordia.