El Ibex pierde un 21% en seis días y dice adiós a los 8.000 puntos

ECONOMÍA

29 oct 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

Los inversores se mueven generalmente por dos motivos: la avaricia y el miedo. Y en los últimos tiempos manda más el segundo que la primera, sobre todo, en el caso de la Bolsa española. El temor a la huella que la extensión de la crisis a Latinoamérica (y en especial el desplome de las divisas de la zona) pueda dejar en las cuentas de resultados de las grandes empresas españolas se ha convertido en un obstáculo añadido para el mercado de valores nacional, que ayer dejó pasar la oportunidad de recuperación que le pusieron en bandeja las expectativas de nuevos recortes de tipos por parte del BCE y de la Reserva Federal.

Así, y mientras que las principales plazas del Viejo Continente disfrutaban de una sesión de alzas, y Wall Street se anotaba la segunda mayor subida de su historia (del 10,88%), el mercado español solo pudo apuntarse al carro de las subidas en la primera parte de la jornada, cuando el Ibex llegó a ganar casi un 3%. Pero, al final le flaquearon las fuerzas y retrocedió otro 1,3%. En seis sesiones, se ha dejado en el camino un 21% y ha pasado de rozar los 10.000 puntos a perder los 8.000, algo que no sucedía desde septiembre del 2004. Ayer cerró a 7.905,4. Desde los máximos históricos de noviembre del año pasado, cuando coqueteaba con los 16.000 puntos, la pérdida supera el 50%.

En el resto de Europa destacó la histórica subida del 11,28% que se anotó Fráncfort gracias al carrerón de Volkswagen, que sumó un avance del 82% a la espectacular subida de más del 146% cosechada la víspera. Londres avanzó un 2,49% y París, un 1,55%.

Entre los más castigados de la jornada dentro del Ibex volvieron a destacar los bancos: el Santander, que ayer anunció un incremento del 5,5% en los resultados de los nueve primeros meses del año, retrocedió un 2,47%; el BBVA bajó un 4,99%, y el Popular fue el peor de la jornada, con un varapalo del 5,45%.

Los inversores parecen tener muy claro que la crisis financiera no ha terminado y, sobre todo, que sus efectos sobre la economía real serán devastadores. Y, mientras tanto, los analistas no se atreven a predecir si la capitulación (cuando todos los ahorradores han vendido lo que tenían que vender y empieza a entrar dinero en el mercado) está o no cerca.

Euríbor

Mientras tanto, en el mercado interbancario, el euríbor recogió ayer las palabras del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, anticipando un recorte del precio oficial del dinero la semana que viene. El indicador al que están referenciados la mayoría de los préstamos hipotecarios en España se situó por debajo de la barrera del 5%, algo que no sucedía desde finales de mayo pasado. En junio, julio, agosto y septiembre el euríbor no bajó ni un solo día del 5,3%, e incluso marcó un nuevo récord en el 5,393% con el que cerró el mes de julio.