España no ha recibido con agrado la propuesta presentada esta semana por la Comisión Europea de aumentar hasta 5 céntimos de euro el precio de los peajes en el transporte por carretera para vehículos de más de 3,5 toneladas.
«Nuestra característica geográfica es la de un país periférico y, por tanto, aceptando y compartiendo al 100% la intención de la Comisión de reducir la emisión de gases contaminantes, se ha de tener en cuenta que una remodelación de este tipo perjudica a España más que al resto de nuestros socios», confirmaron fuentes del Gobierno que preside José Luis Rodríguez Zapatero. «Y nos perjudica a nosotros más que a otros, no solo por ser geográficamente periféricos, sino también por las características de la mayor parte de nuestras exportaciones por carretera, que son hortofrutícolas, que necesitan de un transporte más rápido y que cuenta con unos márgenes menores para hacer frente a costes adicionales», añadieron.
«El verdadero problema es que los transportistas españoles serán los que más lo tengan que pagar, y esto conlleva el peligro de que se repercuta en el precio final de los alimentos, lo que aumentará más la inflación», insistieron desde el Ejecutivo español.
Ecologistas a favor
Las asociaciones ecologistas, sin embargo, no comparten esta postura y señalan que tan periférica es España como Finlandia o Alemania. «Hablar en estos términos es practicar una doble moral: por un lado se apuesta por las energías renovables y verdes y en cuanto llega el momento de aplicar el principio de que quien contamina, paga, enseguida se recula», señalan desde Greenpeace.
La Comisión Europea busca disminuir la contaminación acústica y ambiental y «conseguir a la larga la utilización de vehículos más eficientes», manifestó el comisario europeo de Transportes, Antonio Tajani.