El parón del sector afecta a constructoras, cementeras, pizarreras y cerámicas, entre otras actividades
02 may 2008 . Actualizado a las 02:46 h.La crisis en el sector de la construcción comienza a cobrarse víctimas en Galicia. En el último año, desde el inicio del parón inmobiliario y los comienzos de las turbulencias en los mercados financieros internacionales, al menos 18 empresas vinculadas al sector de la construcción se han visto obligadas a presentar un concurso de acreedores -la antigua suspensión de pagos-, según los datos recogidos en el Registro Público de Resoluciones Concursales. La falta de financiación de las entidades bancarias y la caída de la demanda han sacudido a pequeñas y medianas empresas, protagonistas en los últimos años del bum inmobiliario, y víctimas ahora del parón.
De los 18 procesos concursales suscritos en Galicia desde el comienzo de la crisis, tres de ellos ya han finalizado con la liquidación de las compañías, al no poder hacer frente a las deudas. A Coruña ha sido, junto con Pontevedra, la provincia más castigada por esos procesos, según los datos del Registro de Resoluciones, al reunir entre ambas el 88% de las firmas. Construcciones Gomaño, CNR Galicia 2001, en el norte, y Proinsa (con 40 millones de euros de deudas), en Pontevedra, fueron las constructoras que en los últimos meses presentaron un concurso voluntario. En Lugo, la promotora Sergio Fernández, y en Ourense, Randesa y Egano, esta última con 60 trabajadores y 16 obras en marcha, han seguido la misma estela.
Pero los daños colaterales de la crisis han salpicado a pizarreras, cementeras o empresas de excavaciones, entre otras. Es el caso de la pontevedresa Cedenosa, una fábrica de gres de Catoira, que no ha podido con una deuda de 15 millones de euros. Algo similar ocurrió con CMD Galicia, dedicada a obras de madera y decoración, que solicitó su concurso en julio del 2007 y todavía se encuentra en proceso de resolución. «Contamos con una veintena de trabajadores y varias empresas subcontratadas en las obras que se encuentran parados hasta que los administradores judiciales pongan orden en las cuentas», señalan desde la sede viguesa de esta empresa, donde reconocen que se han parado todas las actividades y solo atienden «lo que teníamos en activo».
Otras firmas, como Pizarras Arcoruña, se renovaron después de pasar por el juzgado. Junto a ellas, Excavaciones Cosmarti se vio obligada en enero a recurrir a la ley concursal «al llegar, por la crisis, a un punto sin retorno», indican desde la oficina de Vigo. Y aunque continúan con su trabajo, los empleados se resignan ante la incertidumbre del futuro.