Las sensaciones de los responsables de los establecimientos hoteleros mariñanos se cumplieron y el puente festivo que finaliza hoy fue «uno de los más flojos» de los últimos tiempos.
La ocupación media de los hoteles no sobrepasó más del 50% en la mayoría de los casos, a pesar de que a comienzos de semana eran muchos los que esperaban que el miércoles o el jueves repuntasen las reservas, «ya que la gente ahora planifica más a corto plazo y esperan hasta el último momento para decidirse a viajar», señalaban. Pero en esta ocasión, algunos incluso no tuvieron nuevas reservas desde el martes.
Si bien, es cierto que hubo excepciones. Fue el caso, por ejemplo, del Parador de Ribadeo, que estuvo completo el viernes y ayer, mientras que el jueves rondó el 90%. Entretanto, el hotel Palacio de Cristal de Burela tuvo ocupadas la mitad de sus estancias el jueves, pero el viernes experimentó un repunte que llevó a que se completasen el 80% de sus habitaciones. No obstante, desde la recepción reconocían que «outros anos, nunha ponte como ésta estaríamos moito máis preto de colgar o cartel de 'non quedan habitacións'».
Pero en buena parte de los establecimientos consultados se lamentaban de no haber ocupado ni la mitad de sus aposentos en ninguno de los tres días.
Todos los encargados coincidieron en achacar este descenso en la ocupación «a la crisis», tanto desde el punto de vista de la realidad económica como desde el «psicológico».
El bajón en la ocupación se produjo, a pesar de las promociones puestas en marcha por los distintos hoteles y el factor tiempo, que en esta ocasión estuvo de parte de los negocios mariñanos. Fueron muchos los que reconocieron que las jornadas de sol de los últimos días «axudáronnos moito» y contribuyeron a que la afluencia de visitantes no descendiese a «niveis preocupantes».
Todos aguardan ya esperanzados a la Semana Santa, próximo período vacacional del que algún responsable hotelero ya avanzó que «promete», en cuanto al número de visitantes.
La situación en las casas de turismo rural no es tan alarmante como comienza a ser para algunos hoteles, aunque algunos de los propietarios consultados sí notaron menor afluencia.
Manuel Vicente, presidente de Aturmar, asociación que engloba a establecimientos de este estilo, ya había anticipado que esperaban un «puente muy tranquilo». Las diferencias de ocupación fueron notables, desde casos que completaron su oferta a otras que no llegaron al 35%. Así, el propietario de la casa do Batán, en Viveiro, Antón Vázquez, no notó cambios respecto a otros años, mientras en el Areal de Viveiro sí apreciaron un pequeño descenso. «Este puente solo estamos en un 63% y la tónica general es que los clientes vienen menos días. Ha habido gente que incluso solo ha pasado una noche y eso es algo que, hasta ahora, no habíamos visto nunca en un puente», apuntaron.
Entretanto, en un establecimiento focense también detectaron menos turistas (rozaron el 40% el viernes y ayer, y solo un 12% el jueves), «e iso que estamos ofertando paquetes turísticos», lamentaron.