Lagoa fue bautizada como «Energizer» en Florida por su garra compitiendo
20 jun 2011 . Actualizado a las 11:30 h.A un mes vista del comienzo del campeonato del mundo de windsurf en la bahía de San Francisco, Lara Lagoa ha madurado en Estados Unidos tras realizar allí su primer curso de Bachillerato. Su crecimiento deportivo está por ver pero con 16 años la regatista canguesa apunta a la élite mundial tras su experiencia en Spring Hill.
«América me ha enseñado a compaginar cuatro deportes (natación, atletismo, tenis y windsurf) y los estudios, aún teniendo tiempo para estar con mis amigos y probar nuevos deportes como béisbol o fútbol americano», comienza diciendo la canguesa. En Florida la han bautizado como «Energizer» porque «siempre tengo energía y animo a los demás. Grito, doy charlas, hago de animadora para mis equipos de natación, atletismo y tenis, aunque no pueda más y quiera parar de correr, hago lo que sea para motivar al equipo y que cada uno dé lo mejor de sí».
El Mundial de windsurf comenzará el 17 de julio pero Lara advierte que hasta el próximo mes no tendrá tiempo de intensificar sus entrenamientos. Durante el año ha podido entrenar «aunque no tanto como hubiese querido» con la que será una de sus rivales la estadounidense Margot Samson con la que ya compitió en los Juegos de la Juventud del pasado año en Singapur.
Este año ha subido a una nueva categoría y no sabe que le puede esperar pero afirma que espera estar «entre los cinco o diez primeros. Depende mucho del viento que haya durante la regata ya que a mi me gusta que sea flojo. Tampoco sé aún quién compite en esta categoría. Por lo que he oído no va a ser nada fácil porque el nivel está muy alto. Y también depende del material , espero que nada rompa».
Dado que el próximo 31 de julio cumplirá 17 años, Lara se considera aún muy joven como para poder pensar en la posibilidad de clasificarse para los Juegos de Londres. «Tendría que dejar los estudios y centrarme 100% en el windsurf. Hombre, que no suena nada mal, pero no estoy segura de que quiera dejar los estudios. Además, el proceso de clasificación es muy complicado y tendría que haberlo empezado hace dos años, así que ya estoy fuera del plazo. Pero Río de Janeiro suena mucho más razonable, aunque aún será difícil clasificarse».
Además del Mundial, este año también espera poder participar en el campeonato europeo de Italia. La joven regatista entiende que su forma de ver la competición ha cambiado gracias a este año que ha cogido de experiencia en Florida. «Al principio tanta presión y la responsabilidad de que tenía que hacerlo bien me ponía algo nerviosa, pero con el tiempo he aprendido a relajarme y a no estar tan pendiente del resultado. Voy a una regata y quiero aprender y dar lo mejor de mi, con eso estoy feliz. Si quedo en una buena posición, bien; si no, no pasa nada, en la próxima será. Nunca se acaba de aprender cosas nuevas». A pesar de que se habla de ella como la gran esperanza olímpica de Galicia, se quita presión y asegura que «obviamente, voy concentrada y quiero ganar, pero para mi lo principal es pasar un buen rato, porque si no te lo pasas bien en una regata no quedarás en un buen puesto. Tienes que ir relajada como sucede en los entrenamientos, nunca perder los nervios o dejar que la tensión te domine».
Excelente adaptación
El primer año de Lara lejos de casa le ha servido para comprobar que está preparado para los cambios a pesar de que los primeros meses admite que «era un poco raro para mí, pues aunque ya hablaba inglés bastante bien el `culture shock? fue un poco raro y luego el acento americano. Pronto empecé a conocer gente y ahora no me quiero ir para nada». Otro tema que valora mucho es que la cuestión deportiva influye y no solo el rendimiento académico. «En América, cuando vas a la universidad, eligen si admitirte o no, no solo por tus notas, cuenta mucho si estás involucrado en clubes y haces deportes y no solo te dedicas a estudiar. Personalmente me parece que es mucho mejor. Si además de sacar buenas notas haces deportes y no descuidas ninguno de ellos, puedes recibir muchas becas. Las universidades se interesan en conocerte como persona, y no eres un dígito, una nota, un número».
Precisamente, estas buenas sensaciones son las que le invitan a creer que en los próximos años sopesará la posibilidad de seguir creciendo lejos de casa. «Me encantaría volver a América, pero también me gustaría ir a estudiar a Italia, Francia y Gran Bretaña. Pero también me gusta España. Ojalá pudiera viajar por todo el mundo».