El enésimo fracaso del equipo aboca al club a una transformación radical de su estructura, desde el consejo de administración hasta la dirección deportiva, la plantilla y la promoción de la cantera
De la Barrera cambió el sistema, aportó novedades tácticas, liberó a Soriano y a Lucas y puso a jugar a los canteranos, para alegría de un Riazor entregado
Sin Villares, con Antoñito tocado y Trilli siempre bajo sospecha, Cano señalaba al jugador nacido en Linares como baza para el carril derecho, donde actuó en Primera
Óscar Cano elogiaba la «predisposición absoluta» del delantero a participar en el partido, pero también advertía de que «quien no esté al cien por cien no jugará»