Ramón Estévez, trabajador en una fábrica de ataúdes, tuvo relación con las hermanas Touza, que colaboraban con las víctimas del nazismo, gracias a la afición familiar a la pesca
Tenía 74 años y estuvo al frente del organismo entre años 2003 y 2004 y del 2012 al 2017. Fue el científico que propuso la solución final al vertido del Prestige