Ahmadineyad se ha visto envuelto en una disputa no solo con el ala conservadora que domina el Parlamento, sino también con los clérigos, pilar del régimen.
Teherán ha detenido en los últimos meses a varios iraníes a los que acusa de espiar para EE.UU. e Israel, países que considera mantienen una guerra blanda con el régimen islámico.
El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, ahondó ayer la crisis política y el enfrentamiento que mantiene con el Parlamento al destituir a tres ministros, entre ellos al de la estratégica cartera de Petróleo, Masud Mirkazemí.
Amirifar fue convocado el domingo por el tribunal especial para asuntos de clérigos, pero no acudió al parecer bajo la excusa de que fue citado por teléfono y no por escrito.