Crisis política en Irán por el pulso entre sus dos líderes

Javier Martín TEHERÁN / EFE

INTERNACIONAL

08 may 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Los nuevos arrestos de estrechos colaboradores del presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, han agravado la crisis política en Irán y agudizado el pulso que el presidente mantiene con el líder supremo de la revolución, ayatolá Alí Jamenei. Las detenciones han espoleado los rumores sobre la posibilidad de que el controvertido mandatario pueda ser obligado a dimitir.

Según la prensa local, la Policía iraní arrestó a varios miembros del entorno de su cuñado y ex jefe de la oficina presidencial, Esfandiar Rahim Mashai, entre ellos a uno no identificado al que se acusa de hechicería. Días antes, efectivos de la Guardia Revolucionaria, cuerpo de élite iraní, detuvieron también al hoyatoleslam Abas Amirifar, uno de los clérigos más próximos a Ahmadineyad.

La razón esgrimida para estas detenciones es una polémica película religiosa que está bajo investigación de la Fiscalía, en la que se anuncia que la llegada del duodécimo imán o Mahdi está «muy próxima». Conjeturar sobre la fecha está prohibido y puede ser considerado un delito de brujería, que la jurisprudencia iraní castiga con la muerte. Sin embargo, parece que tras la supuesta excusa legal se esconde, en realidad, el enfrentamiento que Ahmadineyad mantiene con la clase religiosa a causa de su influyente cuñado.

Disputa

La disputa se reveló en toda su crudeza el 17 de abril tras el intento fallido del presidente de cesar al actual ministro de Inteligencia, Heydar Moslehi, enfrentado a Mashai, a quien clérigos y políticos ultraconservadores han tildado en ocasiones de enemigo del sistema. De acuerdo con el diario Los Angeles Times, el origen de la discordia procede de una supuesta trama de espionaje desde el Ministerio de Inteligencia al ex jefe de la oficina presidencial.

Pocas horas después de que el cese de Moslehi fuera anunciado por la prensa oficial, el ministro fue reintegrado en su puesto por orden directa y pública del líder supremo.

Durante las dos siguientes semanas, Ahmadineyad desapareció de la escena pública e incluso se ausentó de dos Consejos de Ministros, azuzando los rumores de boicot y de crisis en el seno del régimen iraní.

Tras nueve días de reto, el mandatario cedió y regresó a la escena el lunes, aunque según la prensa, ni él ni Moslehi coincidieron en el Consejo. De acuerdo con la web iraní Ayandeh, Jamenei habría dado un ultimátum a Ahmadineyad para que reincorporara a Moslehi o renunciara a su cargo.

Con su defensa de Mashai, el ataque a Moslehi y su boicot durante nueve días, Ahmadineyad ha roto la baraja y se ha enfrentado a la poderosa casta clerical. Pero también el Parlamento y la influyente Guardia Revolucionaria le han pedido que no prosiga con una polémica «que beneficia a los enemigos».