Por esta razón se concentraron a pie de obra en las inmediaciones del templo parroquial en demanda de una modificación del trazado compatible con un acceso más espacioso. En un escrito que los vecinos firmaron para formalizar su reivindicación ante Política Territorial se explica que el acceso previsto dificultará la circulación de vehículos al núcleo de Garmalla, una zona agrícola y forestal en la que es frecuente el tránsito de maquinaria pesada. Ramón Rodríguez Agra, uno de los afectados, advierte que de no atenderse la demanda vecinal se sucederán situaciones como la ocurrida hace unos días. «Un veciño que está de obras na casa quixo meter unha cuba de formigón e non puido», cuenta.
Este no es el único perjuicio del que ponen sobre aviso los vecinos de Brandeso. El talud que se ha levantado para salvar el desnivel entre el nuevo trazado que tendrá la carretera y el acceso a la iglesia de la parroquia recorta considerablemente el entorno del templo. «Se houbese un enterro habería problemas pois non hai onde deixar os coches», explica Ramón Rodríguez, a la par que también señala la afección que causará en una vivienda aledaña a la iglesia parroquial. Los marcos instalados para delimitar los terrenos expropiados permiten deducir que el acceso se acondicionará hasta, prácticamente, las puertas del inmueble.
Otro de los argumentos vecinales es la zona de protección de la iglesia, que, entienden, es de obligado cumplimiento respetar dado que está catalogada, según aseguran, como un elemento patrimonial tanto en las normas urbanísticas del Concello como en la relación de bienes de la Consellería de Cultura. El trazado de la carretera, tal y como se está ejecutando, atenta contra ese patrimonio, sostiene el vecindario de la zona.
