Millones de seguidores en redes y dos discos han catapultado a la fama a esta venezolana que, a ritmo de pop y reguetón, convierte cada canción en una hoja de su diario de un desamor
16 oct 2025 . Actualizado a las 05:00 h.Hace un par de años, aunque ya había editado un epé y trabajado como modelo y actriz, apenas nadie conocía a Corina Smith (Caracas, 1991). Y en estas que publica Triste pero siempre mami, un disco en el que relata con cruda franqueza , en clave de pop y música urbana, el devenir y las consecuencias de su ruptura amorosa. El álbum consigue una conexión inmediata con el público y la posterior gira reafirma la proyección internacional de la artista. Dos años después llega Menos triste más mami, otro álbum íntimo y confesional que, en 18 canciones y bajo las mismas premisas musicales, retrata a modo de descarnado —y a veces bailongo— diario emocional el complejo proceso de reconstruirse después de aquella relación que le dejó marcas tan profundas.
—¿Por qué en el 2023 decías «Triste pero siempre mami» y ahora dices «Menos triste más mami»?
—El primer álbum lo hice sin ningún tipo de expectativa. Era para desahogarme y me salió un álbum triste, como de despecho. Para mí fue una gran sorpresa la cantidad de personas que conectaron con la historia. Menos triste más mami es la continuación cronológica de mi vida real, narrada de manera superexplícita.
—¿Son todo heridas de amor?
—Realmente, sí. A mí, para escribir me inspira mucho más el desamor que el amor. Las canciones de mis dos discos están muy inspiradas en sentimientos de desahogo, de venganza, de impotencia, de frustración...
—Dices que este disco «es la crónica emocional de un corazón en transición». ¿De dónde vienes y adónde quieres ir?
—Vengo de tener el sueño desde pequeña de querer ser artista y vivir de la música. ¿Y adónde voy? Si me lo hubieses preguntado años atrás, habría sido más ambiciosa en mi respuesta. Pero a día de hoy, lo que quiero es vivir en armonía con mis metas, mis sueños y mi vida real. No quiero mirar para atrás dentro de un tiempo y sentir que me he pasado la vida queriendo siempre algo más. Ahora estoy tratando de disfrutar del proceso y del ahora más que de ponerme metas.
—¿Cuáles son tus miedos?
—Aparte de los tiburones [se ríe], me asusta que se me pase mi vida y no haya sido capaz de disfrutar el momento. Que me deje llevar por la ambición y acabe por sentir que no he logrado un montón de cosas en vez de disfrutar las que he conseguido.
—¿Quiénes han sido, o son, tus referentes?
—La mayoría han sido mujeres. Desde pequeña siempre me gustó el R&B y admiraba a Beyoncé, a Rihanna... Y también escuché mucho a Shakira. De hecho, fue mi primer concierto al que fui. Todas esas artistas siguen siendo referentes para mí y ahora también lo son colegas que tengo en el género urbano, como Karol G, a la que conozco desde hace muchos años. Mire donde mire, veo proyectos que están llegando superlejos y como sé los sacrificios que han tenido que hacer para llegar a este punto, para mí son una fuente de inspiración.
—¿Y qué sacrificios has tenido que hacer tú?
—Yo he sacrificado el tener una vida normal, pero porque escogí no tenerla. He sacrificado tiempo en familia o con los amigos. Pero, ojo, no me arrepiento para nada porque siento sinceramente que nací para tener este estilo de vida. Y también creo que ha habido momentos en el camino en los que, por querer encajar, por dejarme llevar por la industria o por inseguridad, he sacrificado un poco mi identidad. Pero eso también ha sido un aprendizaje. De hecho, mis dos discos los he hecho no con el pensamiento de que le gusten a los demás, sino con el de hacer música de la que yo esté orgullosa. Y luego, si conecta con alguien, genial.
—Ahora mismo todos los artistas publican infinidad de «singles» y a veces ni sacan disco, pero tú apuestas por el formato álbum. ¿Por qué?
—En el caso de mis dos discos, una canción no era suficiente para contar mi historia ni representaba el sentimiento completo que yo quería trasladar: esa idea de que esto es la narración de una etapa. Yo necesito contarla con un poco más de música y mediante un disco que una se pueda sentar, darle al play y pasarse 40 minutos escuchando la película entera y no solo un capítulo. De todos modos, hay canciones que cuando estoy en el estudio digo: «Esto es un sencillo porque la canción habla por sí sola y no necesita una historia detrás». Lo divertido de hacer música hoy en día es que como no hay reglas, cada quién puede organizar su música y sus proyectos como quiera.
—Hablabas antes de las divas del pop y de las estrellas latinas urbanas. Tu disco transita a la vez por esos dos mundos. No sé si tienes intención de definirte y tirar por un camino o quieres seguir manteniendo esa dualidad.
—A mí me gusta la variedad, porque yo como artista soy una combinación de ambas cosas. Me gusta muchísimo el pop, está en mi ADN musical, pero también me gusta esa vertiente urbana. La industria siempre quiere definir a los artistas, como que eres un artista de algo. Y a mí me gusta variarlo, que no hayan reglas y fluir entre los géneros musicales. Por ejemplo, amo las baladas y el pop latino, pero tengo después momentos en los que quiero escuchar reguetón y quiero hacer canciones más urbanas.
—¿Tu canción favorita del disco?
—¡Ay! Es muy difícil. Todos los días la cambio. Pero hoy no amanecí triste, así que me iría por Lowkey, que es un R&B muy de los 2000.
—¿Y la canción que más duele?
—Diría que la última del álbum, En mi vida nunca más.
—¿Cuál es con la que más a gusto te has quedado?
—Una que me encanta es Tu ángel, tu diabla. Estoy muy orgullosa de esa canción. Si fuese de cualquier otro artista, habría querido que fuera mía.
—¿Cómo es tu relación con las redes sociales, porque ha habido momentos en los que incluso te has alejado temporalmente de ellas?
—Una relación de amor-odio. Hay momentos en los que estoy hater y y siento que las redes son muy tóxicas. Pero luego me doy con una piedra en los dientes, porque yo soy una artista de redes y de la era digital y les estoy agradecida porque es la manera en la que conecto de forma directa e inmediata con mis fans. A día de hoy, estoy muy metida en redes, soy medio tiktoker, aunque intento desconectarme para que mi vida no sea una vida virtual.