Seis playas gallegas en las que el mar está como un plato

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JOSE PARDO

En esta selección de arenales, ideales para disfrutar de un baño tranquilo, nunca hay olas

13 jul 2022 . Actualizado a las 18:49 h.

La complicada orografía del litoral gallego permite que prácticamente en cualquier punto de nuestra costa dispongamos de playas a las que el mar se entrega mansamente. De A Mariña a las Rías Baixas pasando por la costa Ártabra, esta es la selección de esos arenales en los que nunca encontrarás olas.

XOSE CASTRO

Hasta el último rayo de sol en Perbes (Miño)

Por si no fuese suficiente abrigo el de la ría de Betanzos, cuenta la playa de Perbes (o Andahío, como también se la conoce) con la barrera natural que supone la Illa do Carbón, ubicada frente a ella. El resultado es una playa de aguas tranquilas, liberada por completo del azote del atlántico oleaje. Algo más de medio kilómetro de arenal dorado, orientado completamente al oeste, lo que permite a sus usuarios aprovechar hasta el último rayo de sol del día. La playa, que este verano estrena pasarela, cuenta con el distintivo de bandera azul. 

JOSE PARDO

Ares, un rincón y refugio natural

La geografía del litoral de la ría de Betanzos se retuerce sobre sí misma a la altura de Punta Sardiñeiro para generar un rincón que es en sí mismo un remanso de tranquilidad. En él se ubican el puerto y la playa de Ares, un arenal en forma de arco, de 1,3 kilómetros, ubicado en un entorno urbano y bordeado de un agradable paseo marítimo. En uno de sus extremos la playa cuenta con un extenso espacio arbolado que alberga un parque infantil y zonas de pícnic. Además de estar protegida del viento y de las olas, la playa cuenta con una amplia zona con muy poca profundidad.

PATRICIA GAGO

Tanxil (Rianxo), totalmente protegida del norte

Una imagen de casi tres metros de la virgen de Guadalupe preside la playa de Tanxil. Frente a ella, en las fiestas locales, miles de personas entonan «A Rianxeira». Canción que ya nos da una primera pista. «Ondiñas veñen e van», dice su letra. Y lo hacen con la mansedumbre que se deriva de ser una playa totalmente protegida del norte (los vientos predominantes durante el verano en las Rías Baixas) y ubicada muy al interior de la ría de Arousa, en la que ya las aguas tienden a ser calmas. La playa cuenta con un jardín en su entorno y un paseo peatonal que la conecta con el puerto y el casco urbano de Rianxo.

PROPIAS

A Magdalena (Cabanas), donde el Eume se entrega a la ría 

En ese lugar idílico en el que el río Eume se entrega manso a la ría de Ares se ubica la playa de A Magdalena. Es precisamente esa privilegiada ubicación, en el punto más interior de la ría, lo que la protege de los vientos y de las olas. Se trata de una playa de aguas tranquilas y poco profundas, dotada de todo tipo de servicios y que cuenta con una amplia oferta de hostelería. Está rodeada en su mayor parte por un paseo peatonal y por un pinar, en el que se ubican varias zonas de pícnic. La playa cuenta en uno de sus extremos con una zona habilitada para la estancia de mascotas. Muy cerca de la playa se ubica una estación de ferrocarril.

PEPA LOSADA

El remanso de A Mariña está en Abrela (O Vicedo)

No es el cantábrico un litoral precisamente tranquilo, pero aun así hayamos en él refugios en los que el mar se calma y a los que se entrega en sosiego. Uno de ellos es la playa da Abrela, en la ría de Viveiro, protegida al norte por la Punta Fuciño do Porco. La playa, de casi un kilómetro, está respaldada por una zona dunar y arbolada y cuenta con bandera azul. 

RAMON LEIRO

Areas, el secreto mejor guardado de Sanxenxo

Aunque la más mediática de las playas de Sanxenxo es la de Silgar, quienes acuden con frecuencia al municipio de la ría de Pontevedra saben bien que a poco más de 2 kilómetros, en dirección este, se encuentra otro arenal mucho menos masificado y, si cabe, más paradisíaco, rodeado por completo de un entorno natural. Se trata de la playa de Areas, casi un kilómetro de arena fina y aguas tranquilas y cristalinas.