¿Por qué sigue habiendo minibar?

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MARCOS MÍGUEZ

NO SIN BEBIDAS A pesar del descenso de consumo de los productos de los minibares, los hoteles de cuatro y cinco estrellas todavía los conservan para cumplir con la normativa que establece que cada habitación debe tener un refrigerador con bebidas. A partir de ahí cada alojamiento tiene carta blanca para decidir dónde colocarlo, qué productos ofrecer y a qué precio. Vamos a ver qué encontramos

12 ene 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

Llegar al hotel, dejar las maletas y echar un vistazo para ver si la habitación cumple las expectativas. En ese recorrido visual aparecerá el clásico minibar y muy pocos se resistirán a curiosear qué contiene. Sin embargo, tras ver los precios, la mayoría se lo pensará dos veces antes de coger nada. Es en ese momento cuándo surge la pregunta del millón. ¿Por qué siguen existiendo?

Carolina Basterrechea, del NH Collection A Coruña Finisterre, donde se hospedaron algunos invitados de la boda de Marta Ortega y Carlos Torretta como la actriz Amaia Salamanca, o los modelos Eugenia Silva y Jon Kortajarena, explica que «se mantienen por la normativa que marca que cada habitación debe tener un minibar con bebidas». Además de agua, refrescos, cerveza, ginebra, vodka o botellines de cava, el hotel ofrece snacks «como chocolatinas o patatas», aclara Carolina. «Por lo general si el cliente quiere algo llama al servicio de habitaciones que además sale más barato, pero siempre hay quien tira del minibar». Entre los que suelen aprovecharlo están los empresarios. «La gente que viaja por trabajo pasa más tiempo en el hotel y es más propensa a consumir. En Navidades también es común abrir alguna botella para brindar», comenta. «También se puede retirar. Cuando viene algún equipo de fútbol nos lo suelen pedir. Así los jugadores no caen en la tentación», bromea la Guest Relations antes de confesar que «siempre hay trucos. Nos hemos llegado a encontrar botellas de ginebra llenas de agua».

Y MUCHOS TRUCOS

Una picaresca que también sufrieron en otro hotel gallego, en el Plaza. «Actualmente en el minibar tenemos un par de aguas y dos refrescos de cortesía», explica su propietario, José Blanco. La decisión de no añadir más productos al refrigerador y no cobrar por las bebidas es habitual en muchos hoteles y se debe a que «el consumo bajó mucho. El cliente, si quiere tomarse un combinado, prefiere hacerlo en la cafetería del hotel con su buena copa». Además, Blanco explica que «con la picaresca podía pasar que el siguiente cliente se encontrase con agua en vez de vodka. No era habitual, pero podía dañar la imagen del hotel. Controlar a diario el contenido llevaba tiempo y dejaba pocos beneficios porque ahora casi todos los hoteles tienen cafetería y servicio de habitaciones». Para él, la exigencia de conservar el minibar se justifica «por el refrigerador. Así un diabético puede guardar la insulina y quien quiera puede subirse un yogur o una fruta, y mantener las bebidas frías».