Una luna de miel de tres

YES

30 jul 2016 . Actualizado a las 05:15 h.

La pareja de la imagen se fue de luna de miel a Sri Lanka y a las Maldivas. Pero no viajaron los dos solos, como es lo habitual, sino que les acompañó una tercera persona, su hija Inés, de 9 años. «A Bruno, nuestro otro hijo, no lo llevamos porque tiene solo 2 añitos y se le haría un poco cuesta arriba el viaje», comenta el novio y padre de las criaturas sobre este viaje nupcial en formato trío. En realidad este es el penúltimo capítulo de una historia de amor. La boda empezó a gestarse allá por el mes de noviembre. Nacho Gómez, de 44 años, forma parte de la tercera generación de la familia propietaria de Cafés Siboney. En otoño, coincidiendo con el 50 aniversario de la empresa, organizaron una fiesta en el recinto ferial Expocoruña. Nacho, que es el director de calidad de la firma, se subió al escenario y, además de hablar sobre el presente y futuro de la compañía, aprovechó para pedirle matrimonio delante de cientos de invitados a su pareja de siempre, Laura Martínez, con la que tiene a los dos niños. Por cierto, en la boda Inés tocó con el chelo Viva la vida mientras a la familia le caía la baba. Nacho es un apasionado de los cafés y también de las infusiones y, de hecho, me dijo antes de subirse al avión que uno de los motivos de ir a Sri Lanka era ver una plantación de tés. Los tres vieron los tés.

DEGUSTACIÓN DE SALES, ACEITES Y TARTARES

De las diferentes propuestas gastronómicas que me llegaron últimamente esta es la que me pareció más atractiva. Aunque todavía queda mucho verano por delante y unas vacaciones que disfrutar, va a ser difícil superar el nivel de la cena que tuve la suerte de disfrutar en el hotel Hesperia Finisterre de A Coruña. El director del mismo, Rafa Benito, y el chef del establecimiento de cinco estrellas, Tito Fernández, proponen el concepto Latam & Tartar, en el que los ceviches y tartares son parte fundamental y se preparan a la vista del cliente en una puesta en escena muy cuidada. Sorprendentes los berberechos recién salidos de la concha con tapioca y huevas de trucha que presentan en una lata. Tiradito de albacora y camote (boniato) y ese mismo pescado preparado también en tartar con semillas de chía. «Voy variando la carta en función de lo que encuentro cada mañana en el mercado», apunta Tito. Me llamó la atención que el camarero lo dio a probar en un tenedor de madera directamente a la boca, sin pasar por el plato. Creo que no me daban de comer así desde que tenía la edad del hijo pequeño del de cafés Siboney. Un sublime taco de bonito de Burela macerado con cereza, tomate cítrico y su propio consomé y un sorprendente gambón a la sal, curry y lima kaffir, habitual de la cocina tailandesa, fueron los primeros platos. Hubo más. Rape negro, risotto de pimientos y navaja, steak tartar, falda lacada con su ensalada y, de postre, fresas y granizado de perejil y crujiente de manzana, pasas y crema de cacahuete. Y todo regado con Jean León tinto y blanco. Ese vino que incluye en su etiqueta el número bien grande 3055, que dicen que corresponde a la licencia del taxi en el que trabajó este español que hizo fortuna en Estados Unidos y tuvo una vida de película. Dicen los responsables del hotel que esta propuesta del Latam & Tartar, a 39 euros bodega incluida, permanecerá en la carta todo el verano. Habrá que repetir.

RACIÓN DE PULPO

¿Se acuerdan cuando en las raciones de pulpo había dos pisos? Ahora te lo sirven con las rodajas cubriendo la madera o el plato y no levanta ni un tentáculo. Son extraplanas. En un chiringuito de la playa de Cabanas, al lado del Club Marítimo La Penela, pedí una tapa y me dijeron que solo había raciones. Me trajeron un platito blanco, casi de los del café Siboney, con unos cuantos trozos de pulpo y mucha patata. Sobre este último aspecto creo que es mejor preguntar al comensal si lo quiere con o sin. Tanto la patata como el pulpo estaban deliciosos. A 14 euros el platito...