«Los actores de musical vivimos en reclusión para aguantar el ritmo»

Jorge Lamas Dono
jorge lamas VIGO / LA VOZ

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El interprete vallisoletano Alberto Vázquez es Avicena en «El Médico», musical que llega a Vigo

09 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Alberto Vázquez asume la personalidad del médico persa Avicena, uno de los personajes principales de el musical El Médico, que se podrá ver del 11 al 13 de noviembre en el auditorio Mar de Vigo.

—¿Qué le sorprendió más de este musical?

—Tiene una calidad, una puesta en escena, una partitura y una calidad vocal extraordinarias. Es el musical en gira más grande que hay en Europa actualmente. Además es un espectáculo hecho completamente en España. Normalmente, los grandes musicales que hacemos en España vienen clonados de su montaje original y tienen que venir los directores originales para repetir todo lo original. En El Médico es al revés; de hecho se acaba de estrenar en Chequia y próximamente se podrá ver en Alemania.

—¿Supone eso un cambio en los métodos habituales de trabajo?

—Sí, es muy distinto porque como actor te permite jugar. Hay una idea inicial de cómo es el personaje, pero a partir de ahí está el director que te da muchísimas alas y eso, para un actor, es un subidón. Incluso, una vez que el espectáculo ya está estrenado el director sigue viniendo y probando cosas que le gustan. Es un espectáculo mucho más vivo que los que vienen de fuera de España.

—¿Cómo es su personaje, Avicena?

—Es un sueño este personaje histórico. Fue un niño prodigio, que con 16 años recibía a todos los sabios de la época. Era un científico de primer nivel. Fue el primero que planteó la necesidad de que los médicos se desinfectarán las manos cuando trataban a sus pacientes. También inventó la auscultación y creó el concepto de hospital tal y como lo entendemos hoy en día, por no hablar de otros aspectos.

—¿Le llevó trabajo extra preparar este personaje?

—Desde el punto de vista técnico me costó porque tiene un registro vocal que nunca había manejado, es muy bajo para lo que es mi tipo de voz. También, dentro de la obra, es el personaje más humano. Es el único que tiene buenos sentimientos, que hace cosas por el placer de hacer el bien y eso ha sido muy bonito de crear. Intenté darle un ritmo y un tono diferente al resto de los personajes, y creo que funciona muy bien.

—¿Es complicada la puesta en escena?

—Sí, la primera parte del musical se desarrolla en el Londres medieval, oscuro y lleno de miseria, mientras que la segunda parte, ya en Persia, es todo lo contrario, luz y lujo. El vestuario, que es de Lorenzo Caprile, es maravilloso. Las luces, las proyecciones, los arreglos vocales y el dinamismo de la puesta en escena, hace que por momentos tenga cosas muy cinematográficas. Tiene una de las puestas en escena más maravillosa que un espectador puede ver ahora mismo.

—¿Los actores de musicales son los más completos?

—Sí, vivimos en una especie de sacerdocio y de reclusión, si no no aguantábamos. Las pruebas de canto y baile, por ejemplo, tienen mucho nivel, y una vez que todo se pone en marcha está la resistencia física; es algo muy duro porque enfrentamos espectáculos de dos o tres horas donde tienes que dejarte la piel y además eso dura mucho en el tiempo, con viajes y dobletes, cualquier inclemencia te afecta a la garganta. Ahora llevamos año y medio de gira, imagínate. Exige mucha dedicación y resistencia.

—¿En qué espacio interpretativo se encuentra más cómodo?

—Me gusta mucho el audiovisual, aunque lamentablemente, España es un país que lo pone muy difícil. Yo he hecho muchas series fuera de España, pero aquí cuesta mucho trabajo que los que manejan los cásting abran sus carpetas y vean a gente que hace tiempo que no ven o a nuevas caras. Aún así, yo he conseguido estar en dos serie emblemática, como Cuéntame y Amar en tiempos revueltos. Aun así, donde más he disfrutado, una vez que tienes condiciones y oportunidad, es el teatro, y no solo porque vives esa experiencia mágica del público, del directo y del aplauso final, sino que como actor es donde más posibilidades tienes de hacer crecer un personaje porque cada función es una nueva aventura.

 —Ha hecho dos discos en solitario.¿Cómo lleva esa faceta?

—La tengo abandonada por ingrata. El mundo del soporte físico ha desaparecido y ahora mismo entrar a competir con las plataformas es muy agotador y no tengo tiempo para ello. No quiere decir, que dentro de un tiempo pueda hacer algún tema y, sobre todo, una puesta en directo; estoy pensando en un gran proyecto con mi hermana (es Helena Bianco) para el 2024, pero son cosas que las marcará el ritmo de la agenda. Estar peleando en las redes no me atrae.

—¿Qué está pasando para que se estén realizando en España tantos musicales?

—Creo que se lo debemos a la pandemia porque paralizó muchos grandes musicales que estaban casi por estrenar o recién estrenados. Todo ese material, debido a sus inversiones, hubo que sacarlo adelante, y eso se juntó con las producciones ya comprometidas, que no pueden perder los derechos adquiridos. Así que, con mucho miedo y cuidado, fueron a por todas, porque no todo el mundo pensaba que España podría tener 50 musicales de primerísimo orden en pie y que todos estén funcionando de maravilla; es algo que la misma industria ha descubierto. Es maravilloso porque nos sitúa en el segundo plano del Merchandising mundial de los musicales. Por ejemplo, la semana pasada se entregaron los premios del teatro musical, algo que se hacía con mucho esfuerzo, y este año fue una fiesta increíble en la que estaban Antonio Banderas, Nacho Cano, Diana Navarro. Nos dimos cuenta de la dimensión que ya tiene el musical; es un punto sin retorno.