
El Ayuntamiento de Vigo autoriza el uso residencial de una vivienda de más de 400 metros al haber prescrito la infracción urbanística
13 may 2025 . Actualizado a las 02:06 h.Construyeron una vivienda de más de 400 metros cuadrados con piscina sin contar con ningún tipo de permiso, pero ahora ya pueden respirar tranquilos. Transcurridos seis años desde que terminaron las obras, a la administración local se le ha pasado el plazo para iniciar un expediente de reposición de la legalidad. La gran casa ubicada en Marcosende se libra así de tener que ser demolida y sus propietarios podrán seguir disfrutando de ella. El Concello de Vigo ha resuelto declarar el inmueble en situación de «fóra de ordenación», una figura que reconoce la existencia de edificaciones ilegales cuya infracción ha prescrito con el paso del tiempo.
Aunque no se trata de una legalización plena, este estatus permite el uso residencial y la conexión a servicios básicos como luz, agua o alcantarillado. En la práctica, supone una especie de amnistía técnica que impide actuar contra la construcción, pese a su origen ilícito. Según consta en el expediente urbanístico, la vivienda fue construida sin licencia sobre suelo clasificado como no urbanizable dentro del núcleo rural tradicional de Marcosende. La edificación principal tiene una superficie total de 366,5 metros cuadrados repartidos en dos plantas, a los que se suman un cobertizo anexo de 34,5 metros y una piscina de 41,8. En total, más de 440 metros cuadrados levantados sin autorización en un ámbito rústico con ordenanza de baja densidad. La propietaria solicitó en diciembre de 2023 una licencia de primera ocupación por prescripción, una figura excepcional que solo se aplica cuando han pasado más de seis años desde la finalización de la obra sin que la administración haya actuado.
En su informe, la arquitecta técnica municipal reconoce que no existe ningún permiso de obra, pero admite que ha caducado el plazo legal para imponer sanciones o exigir el derribo. «En aplicación conjunta del artículo 153 de la Lei do Solo de Galicia y del artículo 2.1.4 del Instrumento de Ordenación Provisional, la edificación se encuentra en situación de fóra de ordenanza», concluye.

Desde el punto de vista jurídico, esto significa que el inmueble puede seguir siendo usado como vivienda, siempre que no se realicen ampliaciones ni reformas que alteren su estructura. Solo se permiten obras de conservación, reparación o mejora, y el uso debe ajustarse a lo que permite la ordenanza, en este caso el residencial. Cualquier intento futuro de reestructuración general o incremento de volumen necesitaría justificar disponibilidad de edificabilidad y respetar estrictamente el plan urbanstico vigente. La resolución pone de relieve una realidad poco conocida pero frecuente en el ámbito urbanístico: el paso del tiempo puede acabar blindando construcciones ilegales. Si el Concello no actúa en plazo, la infracción prescribe. El propio expediente cita jurisprudencia del Tribunal Supremo que ratifica este criterio: aunque la infracción urbanística no desaparece, la potestad de restablecer la legalidad sí se extingue, lo que impide al Ayuntamiento ordenar la demolición.
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La consecuencia no es la legalización automática de la obra, pero sí la consolidación del uso existente. Este caso podría haber acabado de otro modo si la administración hubiese intervenido a tiempo. La Ley del Solo de Galicia otorga a los concellos un plazo máximo de seis años para incoar expediente de reposición. Si en ese periodo no se actúa, como ha ocurrido en este caso, se pierde el derecho a sancionar o demoler. A partir de ahí, solo queda constatar los hechos consumados y declarar el inmueble fuera de ordenación.
La paradoja es evidente: mientras muchos ciudadanos se ven atrapados en largos procesos para conseguir una licencia o legalizar una pequeña obra, otros levantan grandes chalés sin permiso y acaban regularizando su situación simplemente esperando. El caso de Marcosende es un ejemplo de cómo, en urbanismo, la pasividad institucional puede acabar premiando al infractor.