«He visto 125 pisos y ninguno nos acepta porque tengo dos perros»

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO

ÓSCAR VÁZQUEZ

Bárbara Jiménez lleva cinco meses buscando alquiler y no renuncia a sus mascotas

11 jul 2023 . Actualizado a las 23:27 h.

Bárbara Jiménez no sale de su asombro. Lleva cinco meses buscando piso, y no es capaz de conseguir agencia ni particular que le arriende ninguno. El escollo para que le abran las puertas son dos pequeños de cuatro patas que para ella son como sus hijos.

Bárbara, que lleva junto a su marido, Roid Navarro, el estudio de tatuajes XeitosoInk, en la calle Alfonso XIII, está muy preocupada. «El mes que viene se nos acaba el contrato del piso en el que vivimos ahora y no sé qué vamos a hacer. Lo que tengo muy claro es que mis perros van adonde yo voy. Abandonarlos ni se me pasa por la cabeza», asegura. Pero lo que ha podido comprobar a lo largo de este calvario que lleva viviendo en las últimas semanas es que no todo el mundo tiene la misma sensibilidad: «En una agencia me dijeron que cómo por dos perros dejaba escapar la oportunidad de un piso muy bueno que me ofrecían. No daba crédito, es muy fuerte, los animales son soporte emocional y en mi caso, yo, que no he podido tener hijos, son como si lo fueran», afirma.

Debido a este problema, ha vivido situaciones desagradables: «Algunos nos han colgado el teléfono en cuanto les hemos dicho que tenemos mascotas; otros, en cuanto les dices las que tienes ya te dicen que no hay nada, que los propietarios de los que tienen disponibles no se los alquilan a personas que tengan animales a su cargo».

La joven está desesperada. «Mudarme se me está haciendo imposible. Hemos llamado a más de 125 pisos y ninguno nos acepta a nuestros animales, y no me puedo ir de Vigo. Mi esposo y yo somos autónomos, trabajados entre doce y trece horas en nuestro negocio y no me puedo permitir estar lejos de él», argumenta. «El piso en el que vivimos actualmente no está en buenas condiciones, aguantaríamos, pero me quiero mudar para tener mejor calidad de vida», explica.

El tamaño o la raza de los perros tampoco parece ablandar el corazón de los arrendatarios. Bárbara y Reid no tienen perros de presa, sino dos minúsculos canes que caben en un bolsito. Los apestados son Blue, un pomerania de 1 año, y Coco, un yorkshire de 2 años. «No son nada conflictivos, tienen una buena rutina de salida. Por las mañanas salen un par de horas, luego dos y media por la tarde y otras dos de noche, así que no tienen problemas de ansiedad. Mi madre se queda con ellos durante el día. Son muy tranquilos, ¡duermen más que yo!», afirma.

La joven empresaria lleva residiendo en Vigo cinco años y hasta ahora no se había dado cuenta de los complicado que puede llegar a ser conseguir un techo. «Lo que queremos es un piso de dos habitaciones y hemos llegado a ofrecer hasta 800 euros por alguno, pero ni así. Es que no te dan ni la mínima oportunidad. Entiendo que haya alguno que pueda tener cierta cautela, o que hayan tenido alguna mala experiencia», pero Bárbara Jiménez asegura que les dicen directamente que no y algunos particulares con los que han contactado a través de plataformas como Mil Anuncios, les reconocen que les da igual qué tipo de perro tengan, su tamaño y si se comportan bien o mal.

La tatuadora de Vigo lamenta el panorama «no solo por mi problema concreto, soy una persona amante de los animales y que esté ocurriendo esto es penoso, es como si te invitaran al abandono. ¿Qué podemos hacer?», se pregunta, angustiada.

«Los propietarios no quieren animales en un 99 % y tampoco fumadores en un alto porcentaje»

El caso de Bárbara no es aislado. En la inmobiliaria Distrito 85, uno de sus agentes corrobora que la situación es muy complicada para cualquier persona con animales (también gatos) que quiera conseguir una vivienda en alquiler. «Sí, es así. Aunque la ley ahora dice lo contrario, lo cierto es que los propietarios, no solo con los perros sino con otros factores, nos ponen bastantes trabas».

El profesional advierte que es muy fácil de comprobar: «Basta marcar en páginas como Idealista la pestaña de mascotas y te salen muy pocos pisos». Para colmo, asegura que hay algunos caseros que tienen perro, pero que en sus propiedades evitan que otros los tengan. Miguel dice que el motivo «puedo llegar a entenderlo entre comillas, pero yo, que he tenido perro y tengo un niño de dos años y trabajo en esto, puedo asegurar que puede estropear más un piso un niño que un perro, pero, claro, no admitir niños no está bien visto». El gestor de Distrito 85 recuerda que el propietario escoge el perfil del inquilino y en el top ideal está «una pareja de dos funcionarios. De ahí para abajo ocurre de todo. Por ejemplo, «pisos grandes cuyos dueños no quieren alquilar a sudamericanos, gente no fumadora, que ahora se está poniendo de moda como requisito, y en esta época del año no quieren estudiantes, pero esa es otra problemática».

En su agencia el 99 % de los clientes con piso en alquiler no quieren mascotas y tampoco fumadores en un alto porcentaje. «Solemos alquilar entre 6 y 7 viviendas al mes y en el último año y medio habremos tenido 4 o 5 pisos que admitieran perro y en uno, hubo que contratar un seguro a mayores», lamenta.