El récord de 5.000 metros de Julia Vaquero cumple 25 años: «Non ía bater o récord, saíu»

x. r. c. VIGO

VIGO

cedida

La guardesa rememora la plusmarca española hoy cumple un cuarto de siglo de vigencia sin que nadie pueda aún jubilarla

05 jul 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

El récord de España de 5.000 metros de Julia Vaquero cumple hoy 25 años. Permanece vigente desde 1996, cuando el 5 de julio, en los Bislett Games de Oslo, la guardesa estableció una marca de 14m 44s 95c, inalcanzable desde entonces para ninguna atleta española.

«Eu non sabía que ía tentar o récord de España. Non me acorda que falaramos diso». Es lo primero que comenta Julia a la hora de repasar la efeméride. Fue en una época especialmente brillante para la atleta gallega, debutante en los grandes mítines, en la que también había batido la plusmarca estatal de 3.000 metros. De aquel 5 de julio del 96 recuerda que había tenido que calentar en asfalto y llegado el momento de la carrera, «estaba moi nerviosa». Cuando se dio el pistoletazo de salida, ella se dedicó a correr el 5.000 metros sin más, sin un registro en su mente.

«Saín e atopábame moi ben. Non lembro como foi a carreira ata o 3.000, pero sei que nas últimas voltas estaba con Fernanda Ribeiro e Gabriela Szabo», comenta del desarrollo de aquella mítica carrera. Tampoco nadie le dio indicaciones de cómo iba el crono. «No final non tiven a ninguén que me dixese o tempo». Sin embargo, en aquella tarde interminable y en medio del ambiente mágico del estadio, le aguantó el tirón a las dos grandes de la época. Ganó la portuguesa Fernanda Ribeiro con un tiempo de 14:41.07, Szabo entró a continuación y Julia lo hizo como tercera con los 14.44.95 que todavía hoy siguen en lo más alto del ránking español.

Curiosamente, no hubo nada de euforia en la línea de meta. De hecho, no le comentaron en primera instancia que había batido el récord de España. «Eu non tiña nin idea, logo comentáronme: ‘Has batido el récord de España'. Non ía batelo, saíu».

Vaquero Sousa casi recuerda más todo lo que rodeaba al venerado mitin. «O estadio non era moi grande, pero estaban alí como se fose un partido de fútbol. Tamén lembro os rañaceos, que non se facía de noite, estar cos atletas de alto nivel que eu miraba la televisión como Gebrselassie, un home moi sinxelo, e tamén a Florence Griffith».

Locuaz por naturaleza, Julia se vuelve parca al ser preguntada sobre si esperaba que su récord de España perdurase tanto en el tiempo. «Non», es la respuesta antes de hablar el clave de futuro. «Incluso lle pregunto ó meu adestrador e a xente relacionada co atletismo e din que ese récord que non sei vai bater», indica al tiempo que confiesa que le resulta extraño con los tiempos que corren en materia de zapatillas voladoras. En estos 25 años, tan solo Loly Checa llegó a acercarse con un registro de 14:46.30, también en Oslo en el 2011.

«¿De que vale? De nada»

Un cuarto de siglo después, Julia Vaquero admite, con pesar, que no le da ninguna importancia a aquella debido a su situación personal. «¿De que me vale? De nada». Contar con unas marcas y un currículo impresionante no le ha servido y tiene que vivir con una pensión de 400 euros y después de superar un trastorno bipolar que condicionó su vida durante una larga etapa. A día de hoy, su problema sigue siendo la autoestima. «Necesito atención», dice. Igual que su leyenda deportiva.

«Teño unha pensión de 400 euros e non dou remontado», dice sobre su situación

Coincide el veinticinco aniversario del récord con una época en que Julia Vaquero ha vuelto a entrenar con fuerza, no solo en atletismo, con el maratón de Valencia de diciembre como objetivo, sino también en la bicicleta, en la que piensa en competir una vez cumpla su compromiso de la larga distancia.

Pero lo que no cambia para Julia es su precariedad económica. La guardesa resiste con una paga de 400 euros y el pasado mes de mayo tuvo que pedir ayuda ante la dramática situación que vivía. Recibió 2.000 en aportaciones. La más grande, de 300 euros, y la más pequeña, de cinco. La plusmarquista le dio las gracias a todo el mundo por igual. «Estou cunha pensión de 400 euros e non dou remontado, non me dá», confiesa sin dobleces.

A nivel físico, Julia Vaquero vuelve a vivir un gran momento después de retomar la práctica deportiva. Esta temporada corrió la media maratón de Granollers, invitada por la organización, y las sensaciones fueron muy buenas. «Franc (Beneyto, su entrenador) viu que son un portento. Dime que son unha persoa que cumpre cando se compromete e que teño unha capacidade de sufrimento moi grande».

Superados los 50 años, Julia descubrió que no solo le gusta el ciclismo, sino que incluso se le da bien, y no descarta enrolarse en algún equipo máster en un futuro no muy lejano. «Para min é unha liberación e o adestrador dime que están descubrindo unha nova ciclista». Además, la atleta y su técnico saben que tiene las piernas machacadas y que la bici podría ser una salida después de Valencia.

El museo del talento

Por Isidoro Hornillos

Julia Vaquero forma parte de una de las etapas más prestigiosas a nivel internacional del fondo español. Hoy, día 5 de julio del 2021, se cumplen 25 años del récord de España de 5.000 metros en pista, todavía vigente (14:44.95). La hazaña la realizó en la pista talismán de Oslo (Noruega), sede de grandes gestas del atletismo mundial.

Desde entonces, solo dos atletas se han aproximado a la plusmarca de la gallega. Primero fue la palentina Marta Domínguez, que registró 14:48.33 en la ciudad francesa de Saint-Denis en el 2003. Después, ya en el 2011, la valenciana Dolores Checa al parar el cronómetro en unos excelentes 14:46.30, también en Oslo, pero insuficientes para superar a Vaquero.

Aparte de estas tres atletas mencionadas, ninguna otra bajó de los 15 minutos en esa distancia olímpica de los 5.000 metros. Lo normal es que, más pronto que tarde, la también gallega Carmela Cardama, acceda a ese selecto club de sub15 minutos.

Cierto es que los récords están para batir, pero cuando pasan tantos años sin ser superados, surgen preguntas para intentar comprender qué motivos originan estas situaciones.

No obstante, el caso de Julia no es único en el atletismo español a lo largo de la historia. Otras ilustres corredoras superan la longevidad de los récords de la gallega: Sandra Myers, en las tres pruebas de velocidad (100 m. en 11.06, 200m. en 22.38 y 400 m. en 49.67), rebasando ya los 30 años; Maite Zúñiga en 800 (1:57.45), batido en 1988; Mónica Pont en Maratón (2:27.53) con más de 25 años; Cristina Pérez en 400 metros vallas (55:23), realizado en 1988, o incluso el propio 4x400 metros de la Selección Española (1991).

Sin duda, el talento deportivo es el más importante. Julia Vaquero Sousa tenía, o mejor dicho, posee, ya que todavía sigue participando en la categoría máster, unas condiciones genéticas muy propicias para afrontar los máximos esfuerzos de resistencia.

Pero el talento tiene fecha de caducidad si no es acompañado por una adecuada planificación deportiva. En este sentido, hay que resaltar la figura del técnico vigués Alfonso Ortega que se responsabilizó de Julia con un gran bagaje experimental al haber dirigido previamente a otros históricos del fondo español como Carlos Pérez y Javier Álvarez Salgado.

La capacidad competitiva de Julia es otra de las claves. Hay atletas talentosos, bien dirigidos, pero la presión de la alta competición les pasa factura y no rinden al nivel esperado. La gallega nunca defraudó.

La ambición deportiva, por encima de la apetencia económica, es también determinante. El ser capaces de renunciar a carreras que pueden suponer beneficios financieros pero que implican poner en riesgo el objetivo prioritario de cada temporada, es decisivo. Julia no tuvo tantas tentaciones en su época gloriosa, entre otros motivos porque la enorme oferta de carreras de ruta surgió años más tarde.

Por supuesto, el propio esfuerzo diario de la gallega a la hora de entrenar y de interpretar con eficacia lo que conocemos como el entrenamiento invisible (alimentación, descanso, hábitos saludables…) y que, en definitiva, implica también una cultura de la disciplina, absolutamente determinant