El Antonov siniestrado en Ucrania cargó 13.500 litros de combustible en Vigo

c. punzón / M. torres / E. v. pita VIGO / LA VOZ

VIGO

UKRAINE'S STATE EMERGENCY SERVIC

La compañía que sufrió ayer el accidente con cinco muertos en un aterrizaje forzoso operó hasta diez veces con aviones similares este año en Peinador y no registró ninguna incidencia

05 oct 2019 . Actualizado a las 21:27 h.

Vigo fue el punto de partida del avión siniestrado ayer en Ucrania, con un aterrizaje forzoso en el que perdieron la vida cinco personas. Fuentes conocedoras del operativo en Peinador descartan que el aparato volase corto de combustible. Partió a las 0.14 horas con 13.500 litros de combustible que le había suministrado la compañía CLH horas antes, sin registrarse incidencia alguna. Normalmente no se llenan los depósitos y la cantidad de combustible la deciden el piloto y el mecánico en función del peso y la ruta. Esta vez llevaba diez toneladas de carga industrial.

El aparato, un carguero Antonov AN-12 de la compañía de transporte UAA Ukraine Air Alliance y matrícula UR-CAH, portaba en sus bodegas piezas de la empresa porriñesa de la industria del motor Lear Corporation para Renault en Estambul, destino final del vuelo UKL-4050, según consta en su plan de viaje.

El aeropuerto ucraniano de Lviv, que ya no llegó a alcanzar y que es donde tiene su base la compañía de cargo, era solo una parada técnica en la ruta, pero cuando restaban 13,7 kilómetros para alcanzar la pista el avión desapareció del radar. Se estrelló 1,5 kilómetros antes entre tierra y vegetación, cerca de un estadio de fútbol y un cementerio, donde se supone que la tripulación intentó un aterrizaje de emergencia. Un informe meteorológico de las 03.30 muestra que había niebla en el aeropuerto. Podría haber dado varias vueltas para intentar aterrizar. El contacto con el vuelo se perdió a las 6.48.

El avión fue fabricado en 1968 para la Fuerza Aérea Soviética. En 1992 se transfirió a la ucraniana. Volvió a cambiar de manos en diciembre del 2006 para pasar a la aerolínea moldava Aeronord y fue traspasado otra vez en el verano del 2007 a la compañía de transporte Meridian. Ya en el 2012 llegó a su actual propietario Ukraine Air Alliance.

Fuentes de navegación aérea identifican a los Antonov como habituales en la pista viguesa. En concreto, la aerolínea a la que pertenecía el avión siniestrado ha operado en diez ocasiones este año en Peinador, todas ellas, apuntan, sin incidencia alguna en sus maniobras ni operaciones. Todos sus portes en Peinador están relacionados con el transporte de piezas de la automoción.

Siete tripulantes ucranianos y un pasajero a bordo de un aparato que era una reliquia soviética de alta siniestralidad

Hubo picos de trabajo este año en la que los Antonov llegaban cada día a cargar piezas de la automoción al aeropuerto de Peinador. La fábricas de coches del Este los contrataban porque necesitaban urgentemente repuestos montados en la industria auxiliar de Portugal y del entorno de Vigo y luego se ensamblan en factorías extranjeras. Luego, había meses en los que no venía ningún carguero. Estos aviones se han convertido en habituales de la terminal viguesa que conecta a la ciudad gallega con diversas fábricas del mundo.

Los expertos valoran estos gigantes (a los que la OTAN apoda como Cub) como los de mayor capacidad pero también son los más ruidosos que existen en el mercado y de los más antiguos. Este superaba el medio siglo de rodaje.

El avión surgió para usos militares de la URSS con la idea de desplazar grandes cargas así como paracaidistas del ejército soviético. Entró en servicio en 1959, casi dos años después del primer vuelo. La cadena se cerró en 1973, cuando se habían fabricado 1.248 unidades pero 233 se perdieron por distintas razones, entre ellas, los accidentes.

Fue relevado en el ejército rojo por el Ilyushin 11-76, por lo que se recicló para el aerotransporte de fuerzas militares. Puede incorporar gran carga de forma sencilla y rápida por la compuerta de cola. Aterriza en pistas sin pavimentar ni compactar, lo que le permite operar en países en vías de desarrollo.

En la última década se han registrado cinco accidentes con los Antonov. En el 2011, se estrelló uno en Rusia, en Omsukchan, cuando realizaba un vuelo de cabotaje de carga desde Magadan al de Keperue. Hubo fuego en el motor. Murieron once personas. En el 2012, se estrelló otro en Sudán por problemas en los motores. Fallecieron 15 de las 22 viajeros de a bordo.

En el último lustro se han sucedido los siniestros, entre ellos el más grave del siglo XXI. En el 2014, cayó otra unidad en el Sáhara argelino tras repostar en un aeropuerto y cargar material petrolero. En el 2015, hubo otra accidente en el Nilo Blanco, tras despegar de Sudán del Sur y fallecieron 37 personas.

De Galicia a Galitzia

El último siniestro fue el aterrizaje forzoso ayer en Iviv (Leópolis), que se saldó con cinco muertos y tres heridos, todos ucranianos. Uno de ellos era el pasajero que acompañaba la carga. Hicieron un aterrizaje de emergencia cerca del aeropuerto donde iban a hacer su escala técnica. Aunque el destino de las piezas era Turquía, el avión cruzó media Europa hasta la antigua Galitzia.

El avión había aterrizado en la terminal gallega el jueves a las 20.12 horas procedente de Toulouse (Francia). En cuatro horas la tripulación cargó las piezas y llenó el depósito hasta un 80 %. Tras despegar el avión puso rumbo al norte y cruzó toda Europa porque la compañía era ucraniana y se dirigía a su base de operaciones en Leópolis, una ciudad industrial, para hacer una escala técnica y repostar combustible antes de bajar al sur, a Estambul.

El avión tuvo que realizar el aterrizaje forzoso a un kilómetro y medio de la pista aunque tuvo problemas desde 13.5 kilómetros antes de la terminal de Príncipe Danil, donde pidió ayuda de emergencia. Se cree que la niebla le obligó a dar vueltas. Intentó maniobrar cerca del cementerio de la aldea de Sokolniki cuando los vecinos dormían y se estrelló entre los matorrales y arboleda. Cerca había unos chalés de lujo y un cementerio y, en ese momento, los funerarios estaban cavando una tumba, según relata el diario Segodnya, de Kiev. La cabina se partió en dos y la carga se dispersó a lo largo de 50 metros de distancia. Los equipos de rescate, dotado de 41 personas, tuvieron que liberar a los tripulantes de los amasijos y sacaron a tres supervivientes en condiciones extremas graves. No observaron incendios. Lo que sí encontraron fueron numerosas piezas de estructuras metálicas (de unos 2 metros de longitud) de la empresa porriñesa esparcidas por el terreno.

Según los vecinos, un poco más y habría dejado a decenas de aldeanos sin techo. Casi nadie oyó nada porque tienen doble cristalera. Un vecino que paseaba el perro asegura que el avión no hacía ruido porque tenía los motores apagados porque ya no funcionaban. Según la prensa de Kiev, se sospecha que es el mismo avión que en el 2014 fue pillado en el aeropuerto de Uzhgorod con productos de contrabando.

Un vecino que vio caer el avión dice que no hacía ruido porque los motores ya no funcionaban. Una de las hipótesis que maneja la prensa de Kiev es que los tanques de combustible tenían una fuga. Otra idea que expuso el forense que examinó el accidente es que el avión cayó en ángulo agudo porque la tripulación intentó enderezar el rumbo sin éxito.