Cómo curar la adicción al tabaco

La Voz

VIGO

18 may 2014 . Actualizado a las 18:00 h.

«El tabaquismo no es un vicio es una enfermedad». La neumóloga Virginia Leiro recuerda que la Organización Mundial de la Salud otorga la categoría de enfermedad a la adicción al tabaco. Como tal, debe tratarse. Y más teniendo en cuenta la elocuencia de las cifras: el 88 % de los diagnosticados de cáncer de pulmón en los años 2011 y 2012 eran o habían sido fumadores, según el estudio. Así que la relación es directa.

Por eso, los neumólogos del Chuvi ofrecen tratamientos de deshabituación tabáquica. El tratamiento se basa en dos patas: una física y otra psicológica. «La dependencia no es solo física, sino también psicológica y gestual», dice la doctora Leiro. La médica explica que existen tests que miden la dependencia física de una persona al tabaco, pero subraya que cada caso es un mundo, porque hay enfermos que tienen muy poca dependencia física y, aun así, tienen mucha dependencia gestual.

Para la parte física se ofrece un tratamiento farmacológico. Pero los neumólogos advierten que los medicamentos por sí mismos no resuelven el problema. Es importante la terapia cognitiva-conductual. La cabeza. El deseo. «El pacientes tiene que descubrir por sí mismo en qué momentos fuma y por qué motivo», explica Virginia Leiro. Cuando él mismo es consciente de la situación, «se debe establecer un plan de actuación para el momento en que vengan las ganas, así ya sabe cómo debe actuar». Como cada caso es distinto, no hay una receta mágica, sino que lo pactan el paciente y el médico.

Recaídas habituales

Habitualmente, los neumólogos siguen durante un año a los pacientes que incluyen en el tratamiento de deshabituación tabáquica, muy basado en la propia motivación del paciente para abandonar esta práctica. «Los fumadores tienen mucha ambivalencia», dice la especialista, «en unos momentos están muy convencidos de que lo quieren dejar y en otros les viene el bajón».

En ese proceso de seguimiento, se establece un programa personalizado para cada persona. «La recaída es muy frecuente», dice la neumóloga.