4.000 personas llenan comedores y roperos de todo el área de Vigo

Monica Torres
mónica torres VIGO / LA VOZ

VIGO

M. MORALEJO

Catorce grupos de ayuda creados en tres años atienden a 1.300 familias

10 nov 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Cerca de 4.000 personas recurren prácticamente a diario a las asociaciones y colectivos que, a título particular o con el apoyo de alguna administración local, se han creado en los últimos tres años en las comarcas de O Morrazo, A Louriña, O Condado-Paradanta, O Val Miñor, O Baixo Miño y Redondela. El número de víctimas de la crisis ha multiplicado hasta por diez la cifra de usuarios de algunos servicios, como ocurre con el comedor social de Cangas.

La capacidad de reacción ante la adversidad de muchos anónimos ayuda a paliar la inacción de los poderes públicos. Pero el desfase sigue siendo vertiginoso. Desde el 2010 se han creado más de una docena de comedores sociales, centros de reparto de alimentos y roperos para apoyar a las personas en situaciones de desamparo. En todos los casos, nunca hay dinero por medio. Las ayudas son en especie, fiscalizadas para no provocar mayores desequilibrios y, en los casos en los que se asumen puntualmente recibos de luz, alquiler o agua por parte de algún concello, los mismos se abonan directamente al organismo emisor de la factura.

Son más de una docena de colectivos en marcha. Al grupo hay que sumar los veteranos que como Cruz Roja, Cáritas y algunas entidades religiosas amparan las nuevas o mantienen en paralelo su labor y los servicios sociales de cada Concello.

Nunca son suficientes, pero están generando un movimiento que no solo desata nuevas iniciativas sino también hábitos racionales, más normalizados en otros puntos de Europa. Es el caso de los roperos. Nigrán, Cangas, Moaña, Tomiño, O Rosal, Baiona, O Porriño o Pazos de Borbén, disponen de este servicio. Al principio, los usuarios eran reacios a acudir, pero la cadena ya se retroalimenta. Cada vez son más, coinciden sus responsables, los padres que, por ejemplo, recogen ropa o enseres de bebés y los devuelven cuando crecen los niños. Chelo y Tania, encargadas de la asociación Paso a Paso de Tomiño, o Tania, del ropero de O Rosal, destacan estos hábitos saludables que generan un consumo responsable.

En el grupo de comedores, bancos de alimentos, centros de repartos de alimentos sociales como el de Ponteareas y asociaciones asistenciales como SOS Porriño o SOS Tomiño-Baixo Miño, suman ya una decena. Algunos reparten lotes de comida cada semana, quince días o al mes. Los usuarios son los que mejor conocen la necesidad de que existan estos oasis.

En todo el sur de la provincia son 1.300 familias las que están en situación de emergencia y sobreviven gracias a las ayudas de los colectivos.

Testimonios

No suelen usar nombres y apellidos. «Pero no somos números ni estadísticas, cada uno ha llegado aquí de una forma distinta y tiene una historia única», explica una usuaria de un ropero. Sí accede a contar su experiencia Elvira Álvarez, vecina de Cangas que, con 83 años, no puede asumir sola una hipoteca, los gastos de la casa y su manutención. «Venía apretada por la hipoteca desde hace un año, así que, como puedo venir sola porque vivo encima y además de cocinar bien me tratan mejor; intentaré que me ayuden hasta que pueda acabar la hipoteca, que ya solo me quedan dos años», indica. Elvira explica con una sola frase el valor de estas iniciativas: «El poder compartir la mesa con una persona alimenta tanto como una comida».

Lo dice con pleno convencimiento. «Si no pudiéramos estar aquí, la gente estaría tirada por las calles», concluye.

Cangas. Un comedor social desde el 2011 con 114 comensales al día, además de repartos semanales y un ropero para 200. Moaña. Banco de alimentos con apoyo de Cáritas desde el 2011. Según el alcalde, José Ferveza, los usuarios bajaron este año y se sitúan en unas 200 personas.

A Cañiza. Banco de Alimentos del Concello y Cruz Roja. Reparten para 25 familias una vez al mes. Ponteareas. Centro de reparto de alimentos. 503 usuarios O Porriño. SOS Porriño atiende a 900 personas, con Servicios Sociales. Reparto una vez al mes. Salceda de Caselas. Programa de alimentos del Concello con Cruz Roja y Agricultura.

Pazos de Borbén. Ropero municipal y banco de alimentos a través de Servicios Sociales. Tomiño. SOS Tomiño-O Baixo Miño reparte una media de 2.000 kilos al mes entre 150 personas de Tomiño y acaban de empezar en Tui con 30 usuarios más. Además está Paso a Paso, con ayudas de ropa y coches de bebés. Ponteareas. Ponteareas Solidaria ayuda a vecinos y, en A Guarda está san Vicente de Paúl. Nigrán. Ropero municipal con unos 200 usuarios. Cáritas en A Ramallosa Baiona. Ayuda al Mundo Necesitado, con 70 familias de toda la comarca y otros concellos.

O Rosal. Un ropero municipal con casi un centenar de vecinos.