La guerra entre las traineras y el arte del xeito se cobró, en enero de 1902, la vida de varios marineros de una cañonera de la Armada cuya caldera explotó cerca de Samil
12 ene 2011 . Actualizado a las 12:26 h.Siete fallecidos, tres desaparecidos y ocho heridos fue el trágico balance que dejó la explosión del cañonero Cóndor el 24 de enero de 1902. La embarcación había llegado a Vigo cuatro días antes para vigilar que las traineras no pescasen en la zona delimitada por el decreto del 31 de diciembre de 1901.
Desde 1896, los conserveros comenzaron a introducir traineras en la ría dotadas con el arte del cerco de jareta. Las artes tradicionales de pesca de sardina, individualizada en el xeito, sufrieron las consecuencias de la sobreexplotación realizada por las traineras, originando un conflicto que llegó a ser violento por lo que fue necesaria la intervención de la Armada.
El 20 de enero llega a la ría el Cóndor , una lancha construida en 1887 en Barcelona. El barco ya había sido desarmado cuando se requirieron sus servicios en Galicia. Entonces, le fue traspasada la caldera del torpedero Ejército y armado con una ametralladora de 25 milímetros. El estado de la caldera fue apuntado como causa del accidente y objeto de una polémica en el Congreso de los Diputados.
Un día antes del accidente, el cañonero, que estaba mandado por Tomás Calvar, pariente del contralmirante Méndez Núñez, apresó a varias traineras, cuyos armadores consideraban muy complicada la pesca fuera de las Cíes por lo que se arriesgaban a ser multados y seguían pescando dentro de la ría.
El día 24 de enero la tripulación del Cóndor , compuesta por veintidós hombres, se dirigía hacia Samil, donde había un grupo de lanchas de pesca. El comandante Calvar iba a proa con dos marineros armados con fusiles. Para llamar la atención de las lanchas, Calvar ordenó hacer dos tiros al aire e inmediatamente mandó detener la embarcación. El maquinista abrió las válvulas de seguridad y como había una gran presión se produjo una enorme explosión en la caldera, seguida de otra en el pañol de la pólvora.
Las lanchas que pescaban en la zona se apresuraron a ayudar a los marineros que habían sido lanzados al agua. Los supervivientes fueron trasladados al cañonero Temerario , que se dirigió hacia Vigo. Cuatro vapores de pesca trasladaron hasta la playa del Areal el casco del Cóndor . Los heridos fueron trasladados al hospital militar, aún ubicado en el Areal. Al día siguiente, cuando ya había cuatro cadáveres, se realizó un multitudinario entierro en el que participaron numerosas fuerzas militares y miles de vigueses.
Suscripción popular
Los conserveros y vendedores de O Berbés aportar 2.500 pesetas para iniciar una suscripción popular destinada a las familias de las víctimas. Esta cuenta superaría las diez mil pesetas. Tras varios días, se va aclarando el destino de los desaparecidos. Dos cadáveres aparecerían semanas después en las playas de Cangas do Morrazo y de Coia.