Este verano, trabajadores del Parque Nacional Illas Atlánticas y voluntarios han retirado de las playas de Rodas y Figueiras más de 38.000 colillas
17 oct 2010 . Actualizado a las 02:00 h.Este verano hemos disfrutado de un tiempo maravilloso en Galicia. Algunos han podido gozar de las playas y otros han podido realizar su segundo trabajo no confesable: enterrador de colillas en la playa.
Durante los meses de junio, julio, agosto y septiembre, voluntarios del campo de trabajo de Cíes, trabajadores del Parque Nacional Martítimo-Terrestre Illas Atlánticas y participantes del programa de la obra social de La Caixa de protección del medio ambiente retiraron de las playas de Rodas y Figueiras más de 38.000 colillas.
Creo que este simple dato debería hacernos reflexionar. Las personas que visitaron las Cíes pudieron ver un colillómetro que se situó al lado de la caseta de información. Y la verdad es que asustaba: ¡Más de 38.000 colillas! De rubio y de negro.
Los arenales de las islas se formaron hace más de 6.000 años. Está claro que entre sus componentes no figuran en ningún lugar, que se sepa, los filtros de cigarrillos.
La gente tiene la manía (o cree que debe hacerlo, lo cual es más grave) de seguir un ritual no escrito al terminar de fumar, que consiste en apagar el cigarillo en la arena y, seguidamente, llevarlo al fondo de la tierra con un suave empujón en círculos. Y ya está, la colilla ha desaparecido. Pero resulta que no es cierto. Esa colilla acaba en la boca de un niño de dos años de edad, pues este se dedica a realizar construcciones en la arena, y entre castillo y castillo se lleva a la boca el tabaquito?
Tenemos que ser conscientes de que la playa no es un cenicero y también de que las colillas no desaparecen. En realidad, tardan entre cinco y diez años de media en hacerlo, y además contaminan una media de ocho litros de agua de mar.
Tampoco debemos olvidar que las navajas, centollos y nécoras tampoco fuman. Los animales marinos confunden en muchas ocasiones las colillas con alimento. Hemos encontrado filtros de cigarrillos en los estómagos de delfines, tortugas y aves... Como dato curioso, podemos indicar que la basura más frecuente que se encuentra en las playas del Parque Nacional de las Illas Atlánticas son colillas, paquetes de tabaco vacíos y alguna botella de plástico.
El mensaje tiene que ser diáfano: fuma lo que quieras pero, cuando termines, recuerda que el cenicero lo debes poner tú, no la arena. Te lo agradeceremos los no fumadores y también los fumadores. Y no ejerzas tu trabajo de «enterrador de colillas», mejor pasea por la playa y respira el aire limpio. Toda la inversión en educación ambiental y en civismo sigue siendo necesaria.
Hace falta una operación cabicha, o colillas, butts, zigarettenkippe... Lo que contamina en todos los idiomas.