La hora de los mamporros

VIGO

10 may 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

La hora de los mamporros, que cantaba el grupo vigués Defcon Dos, ha llegado con toda su crudeza. Abres el diario y te encuentras la política hecha trifulca de todos contra todos. No hay tregua, ni se le espera, cuando se trata de afear la gestión del rival.

En algunos casos, las críticas resultan ciertamente llamativas. Por ejemplo, con el nuevo hospital. No lleva ni dos semanas Feijoo en el cargo y ya le acusan Caballero y Vázquez de haber malogrado las obras. De forma milagrosa, en quince días de gobierno, la nueva Xunta ha dado al traste con el proyecto, paralizándolo «producto de su incapacidad». El tiempo, ya lo decía Einstein, es relativo, pero se hace difícil comprender que, en medio mes, pueda uno hacer gran cosa, aunque sea mal.

Para no ser menos, Feijoo responde con una «auditoría» que según él revela un «agujero» de 600 millones en las cuentas de Galicia. En este caso, tras asistir a su campaña electoral, lo de la «audi-toría» no deja de ser sarcasmo de dudoso gusto. Y, por otra parte, crispa el ambiente, aunque se trate ya de una tradición cuando hay alternancia en el Gobierno. Las palabras del nuevo presidente no son muy distintas de las que formulaba Touriño hace cuatro años.

En el frente de todos contra todos, el PP le echa también en cara al alcalde lo de la biblioteca del Estado y su ignoto emplazamiento, que ha transitado desde la praza do Rei hasta la Universidad Popular y lleva camino de pasearse por todo Vigo para, finalmente, no hacerse nunca.

Prueba, también, de que vamos a un tiempo de política de choque es la elección de López-Chaves como concejal en lugar de la hija de Isabel Tocino, cuya bisoñez podía poner en peligro la campaña de enfrentamientos que se avecina. El también diputado autonómico ya le dio la legislatura al BNG en el actual mandato, como bien sabe Bieito Lobeira, y desembarca en Vigo para arrear estopa a diestro y siniestro. Un valor seguro, en tiempos de confrontación, es un tipo que, a fuerza de repetirlo, fue capaz de que todo vigués sepa decir la palabra «ungüentario».

Por si fuera poco, el panorama se agita con Pontevedra, donde el presidente de la Cámara de los Lores agita la bandera local para afirmar que Vigo quiere quitarles la capital, por el mero hecho de tener su propia Superdelegada. Si el alcalde capitalino viajase más, sabría que Jerez tiene sede de la Junta de Andalucía, al igual que Cádiz. O que, en La Mancha, la tienen Toledo y Talavera, ciudad más grande que la capital provincial.

La cosa, está visto, es montar gresca. Y vienen tiempos revueltos. Entre que unos y otros se hacen al cargo y al descargo, y pasan las elecciones de junio, nos espera mar gruesa. Como diría el superhéroe del tiempo, P-Man, una época de maruxía, a forte maruxía, con ondas de mar groso.