Internautas con vocación de mecenas

Diego Pardo Amado REDACCIÓN / LA VOZ

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El crowdfunding es un sistema de patrocinio colectivo que permite dar salida a proyectos creativos

22 abr 2012 . Actualizado a las 12:42 h.

Ya no es necesario apellidarse de Médici ni tener palacio en Florencia para convertirse en mecenas. En Internet proliferan los portales que ofrecen la posibilidad de poner en marcha cualquier proyecto creativo o darle el último empujón mediante la financiación en masa o micromecenazgo.

«Apoya artistas diferentes e innovadores», «crea, comparte y descubre proyectos creativos» son algunos de los eslóganes con que las páginas de crowdfunding -que también así se llama el sistema- intentan captar el mayor número de apoyos. Una forma diferente de respaldar iniciativas artísticas que involucra al que antes no pasaba de ser un simple consumidor y lo convierte en agente del proceso creativo.

El artista puede premiar al mecenas con recompensas en forma de privilegios y productos exclusivos

Cuando el internauta visita una página de micromecenazgo se encuentra con un interesante escaparate de propuestas para la realización de libros, películas, documentales, discos... que intentan reclamar su atención. Si alguna de las iniciativas le convence y decide patrocinarla, se abre un nuevo abanico de posibilidades.

Cada proyecto permite donaciones que suelen oscilar entre los 5 y los 300 euros. En función del grado de compromiso del mecenas, este recibe recompensas en forma de creaciones y productos exclusivos, expriencias únicas, ediciones limitadas, acceso a descargas etc.

Todo proyecto de crowfunding dispone de una fecha límite para alcanzar el objetivo económico marcado. Como el mecenas paga con tarjeta de crédito o por PayPal, la cantidad donada solo se cobra en el caso de que se haya alcanzado la cifra que garantice la realización del proyecto.

Las plataformas de micromecenazgo también se llevan su parte del pastel, esto es, entre el 4 y el 8 % de la recaudación. Un suculento pellizco si tenemos en cuenta que proyectos como la película española El cosmonauta consiguió recaudar 245.000 euros por el sistema de crowfunding, cantidad ampliamente superada por los 3,3 millones de dólares que el videojuego Double Fine Adventure consiguió en la red social Kickstarter.

Dado su éxito, cada vez son más los portales que ofrecen la posibilidad del micromecenazgo en internet (Verkami, Kickstarter, Lanzanos, Injoinet, Goteo...) y muchos también los proyectos gallegos que han salido adelante, o intentan no irse a pique, gracias al nuevo sistema de financiación en masa.

Ante la falta de apoyo institucional, el Festival Sinsalaudio acaba de poner en marcha la plataforma Consal, que invita a aderezar (eso sí, con euros) proyectos que se encuentran en una situación de precariedad económica. Algo que la compañía gallega Funboa Escénica ya consiguió en el 2011, cuando pudo poner en marcha su primera producción gracias a las aportaciones de mecenas anónimos.

La Red vuelve a sorprender con una solución original que estimula la creatividad.