A juicio, con la honra intacta

TORRE DE MARATHÓN

Ángel Manso

El VAR permite a Beauvue consumar en el descuento la remontada que buscó con ahínco el Deportivo frente a un Fuenlabrada remendado por su filial

08 ago 2020 . Actualizado a las 13:16 h.

«Lo tira Claudio, lo tira Claudio». ¿Y quién si no lo iba a tirar? Medio mundo se había recorrido el de Guadalupe para estrenar su cuenta en el bis, cómo no iba a firmar también el segundo por mucho que Aketxe sea el ejecutor oficial. Pombo tradujo en gritos el deseo de Vázquez y el pavor de Sandoval. Le puso nombre propio al miedo de un Fuenlabrada que alargó hora y media su vida al límite de cualquier reglamento. Desafiando hasta el último instante la norma, en connivencia con la autoridad. Hasta el descuento no rindieron la plaza los autores de una gesta que poco tiene que ver con su club. Siete profesionales y seis chavales a turno mantuvieron a los madrileños por delante casi todo el encuentro, tan pendientes del marcador como de no perder las unidades imprescindibles para evitar la descalificación.

Fue un amago de gesta acuñada sobre piezas como José Rodríguez, el exdeportivista que dio solidez al muro de cinco con el que los visitantes igualaron al anfitrión; como Alberto, el chico del 28 a la espalda, que aprovechó la excursión para hacer la mili en Riazor, un campo con solera que recorrió de fondo a fondo amedrentando a la zaga local; como Pathé Ciss, autor del 0-1 al recoger un rechace en otro error defensivo entre tantos que registra esta campaña el contador blanquiazul.

Honor (del balompédico), en fin, a todos esos que estuvieron por encima de quienes mueven los hilos del club fuenlabreño y lo representaron sobre el césped como si el envite no fuera una ficción denunciada desde casi todos los frentes salvo el de quienes obligaron a darle forma de encuentro oficial. A él se presentó tarde el Deportivo, porque eso es lo que ha venido haciendo casi todo este curso sin fin, y resultaría extraño variar cuando es la honra lo que está en duda.

Espabilaron los de Fernando Vázquez a la altura del refrigerio del primer tiempo, ya por detrás en el recuento de la enorme pantalla, publicado justo debajo de un mensaje en el que se denunciaba la injusticia del partido en disputa. La reacción tuvo dos frentes: la banda derecha, por la que incursionó el prometedor Valín, y el resto del campo, por donde Aketxe ejerció el libre albedrío, siempre dispuesto al centro medido o al disparo comprometedor.

Arreciaron los envíos al área, especialmente tras el descanso, con el Fuenlabrada boqueando y el Dépor explotando la profundidad de banquillo que le daba el compromiso de sus futbolistas, tratando de purgar en la prórroga los múltiples pecados de una campaña infame. Varios de los siete profesionales que logró reunir el adversario luchaban ya solo por conservar el aliento, mientras seguían con la mirada los cabezazos francos de Sabin Merino y Borja Valle o caían derribados por los violentos zapatazos de Ager desde la frontal. Lo que no repelió Ruvira se perdió por alto antes de que una salida en falso del portero concluyera en el estreno anotador de Beauvue.

Cinco minutos y el añadido para el desesperado acantonamiento de unos, el decidido acoso de otros y la visita al VAR. Penalti ante el rostro congelado de Sandoval. Doblete de Claudio, victoria en el paripé, y honra intacta, camino del tribunal.