-¿Pero el problema es Internet o el uso que cada uno haga de esta herramienta?
-Internet nos impone una forma de pensar y de actuar. Estamos conectados todo el tiempo, el trabajo está muy relacionado con las nuevas tecnologías. Necesitamos intercambiarnos mensajes con nuestros compañeros de trabajo, es el medio donde los jóvenes se realizan. Es decir, no es un problema de elección y uso personal, es que condiciona nuestra forma de pensar y actuar
-¿Cree que la influencia de Internet es similar a la que tuvo la aparición de la imprenta?
-Creo que al final será más o menos similar y tan importante como fue la invención de la imprenta en su momento. Es la gran tecnología que después de la imprenta ha desbancado al libro.
-¿Cómo está influyendo en el periodismo y la literatura?
-En la forma en que los periodistas redactan sus artículos, ya que tienen que resumir y escribir para un público que se centra mucho menos en lo que les quieren contar. En la literatura está afectando más despacio, pero también profundamente, porque los autores escriben cada vez más para una nueva audiencia que no presta atención, no se concentra lo suficiente y no quiere historias complejas ni experimentaciones. Los escritores deben asumir que en el futuro tendrán muchos menos lectores.
-Tampoco es partidario de los libros electrónicos.
-Una de la mayores fortalezas del libro es que hace que nos concentremos, nos aislemos del entorno, nos metamos en el texto y no nos distraigamos, pero cuando las palabras pasan a la pantalla las aplicaciones distraen. Los e-books se presentan en dispositivos informáticos que están constantemente interrumpiendo con e-mails, gadgets, tweets, vídeos, links que dificultan la concentración en la lectura. Es mucho más difícil sumergirse en la lectura en un libro electrónico.
-¿Se puede decir que ahora que tenemos a nuestro alcance mucha más información que nunca hay más desinformación?
-Hasta hace poco tiempo la gente buscaba información, se paraba y empezaba a pensar sobre ella, a relacionarla y organizarla. Hoy nos estamos olvidando de lo segundo, buscamos la información sin pensar después. Hay más información disponible que nunca, pero menos tiempo para reflexionar sobre ella. Ya no se piensa en profundidad y esa es la base que nos proporciona un conocimiento superior y hace que el cerebro funcione como debe hacerlo.