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Gritar contra este despropósito

Mercedes Rodríguez Moreda EX DIRECTORA DE PESCA, ACUICULTURA E INNOVACIÓN TECNOLÓXICA EN LA CONSELLERÍA DO MAR

PESCA Y MARISQUEO

César Arxina | EUROPAPRESS

10 oct 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Una vez más, y ya van unas cuantas, la Comisión Europea apunta (y dispara) directamente contra la pesca. Y aun extraña que los mayores sentimientos antieuropeos nazcan en comunidades costeras.

Bajo el pretexto de la protección de los ecosistemas —por lo que parece es, según se desprende de las decisiones del Ejecutivo comunitario, el objetivo único de la flota— se expulsa de zonas habituales de pesca a la flota comunitaria de fondo: arrastre, palangre y volanta.

Porque conozco la actividad de la flota gallega en aguas comunitarias o nacionales, no cabe más que rechazarlo. No tiene sentido vedar zonas en las que existe acreditada actividad pesquera por si hay o puede haber ecosistemas marinos vulnerables. ¿Cómo se puede afirmar que la pesca puede dañarlos si lleva años faenando ahí? O no existe ecosistema marino vulnerable o la pesca, evidentemente, no produce esas alteraciones que buscan evitarse.

Si a esto unimos que en las zonas de veda aparecen localizaciones con fondos inferiores a los 400 metros, el límite del reglamento de protección, se ve que es un auténtico despropósito. 

Como los datos que se toman de referencia son exclusivamente de uno de los artes de fondo, pero sin embargo se aplica la limitación a todos, aún es más evidente la falta de rigor de esta norma.

Hay motivos suficientes (e incluso tal vez podríamos ir a fallos en el procedimiento formal de toma de decisión) para recurrir un acto de ejecución que tanto daño hará a nuestra flota pesquera, sin distinción de modalidad ni de zona de pesca ni de tamaño. Al mismo tiempo debe trabajarse para que se modifique, precisamente por las incongruencias que presenta.

Es necesario dar un golpe fuerte en la mesa, y ante todas las instancias, y defender con uñas y dientes a nuestra flota, un ejemplo durante mucho tiempo de bien hacer. Son capaces de pescar y mantener empresas y empleos acatando normas que parecen escritas para hundirlos y hacerlos abandonar. Nos proporcionan proteína de calidad en una sociedad cada vez más complicada y, cuando el mundo se paró por una pandemia, continuaron al pie del cañón, con riesgo para su salud, pero en muchos casos también para sus economías, pues el precio se desplomó. No debemos darles la espalda, sino apoyarlos y gritar con fuerza contra este despropósito.

Mercedes Rodríguez Moreda, exdirectora general de pesca en la xunta