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Susan Steele : «Estamos realizando inversiones para aumentar el control aéreo de la pesca»

Alejandra Pascual Santiago
alejandra pascual VIGO / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

Oscar Vázquez

La directora de la Agencia Europea de Control Pesquero espera a que se cumplan los dos años de transición para conocer el impacto del «brexit»

27 abr 2022 . Actualizado a las 01:19 h.

Asegura que desde los tres años tuvo claro que quería estudiar Biología y en Galicia ha acabado encontrando un ecosistema administrativo, económico y social en el que se siente cómoda. Susan Steele, nacida en la ciudad irlandesa de Castletown, controla un mundo tradicionalmente dominado por hombres, desde la tripulación a las capitanías y las directrices empresariales. Desembarcó en Vigo como la primera mujer al frente de la Agencia Europea de Control de la Pesca (EFCA), sucediendo en el cargo a Pascal Savouret. Este es su puerto base. Desde la sede comunitaria situada en la calle Policarpo Sanz gestiona, a través de un hilo directo con Bruselas, integra una compleja red de 42 despachos situados en otras tantas ciudades del continente. Tiene siete hijos y está aprendiendo español al tiempo que se empapa de cultura local («la lamprea me gusta, pero no me encanta») y ejecuta un presupuesto de 35 millones de euros (en el 2021 fueron 21). Este fin de semana se cumple un año de su nombramiento, aunque tardó meses en llegar.

—Ha asumido un mandato condicionado por la entrada en vigor del «brexit», un divorcio histórico con Europa. ¿Qué balance puede hacer de la separación? ¿Cómo ha repercutido en el trabajo de la agencia?

—El brexit ha sido un evento muy significativo para la industria pesquera y para la agencia. Hemos desempeñado un papel muy importante a través de la creación de una Red de Coordinación Virtual, que asegura la comunicación regular entre las autoridades nacionales de control de la Unión Europea y el Reino Unido. Invertimos en recursos adicionales para asegurar un control eficaz y relevante de la pesca tras la separación. Surgieron cambios en los patrones de conductas de los barcos y de la industria pesquera en general y tuvimos que tratarlos.

—¿Y el Reino Unido está siendo más exigente en los controles que ejercen sobre los barcos europeos?

—No sé. Todavía necesitamos que se ajusten las nuevas medidas y que el período de transición cumpla dos años para saber si los registros son más exhaustivos con la Unión Europea.

—Ha habido mucha polémica con la instalación de cámaras de grabación…

—Para nosotros es difícil detectar los descartes. Hemos coordinado 53.567 inspecciones, que han resultado en 4.031 posibles infracciones. De estas, hay muy pocas que se correspondan con la obligación de desembarque. No es que no las haya, más bien es falta de detección de estas infracciones. El mejor sistema para detectarlas es a través de cámaras. Trabajamos en un proyecto piloto con todos los Estados miembros para equiparlos con cámaras. De hecho, hay países que apuestan por instalarlas para demostrar su transparencia.

—Van a contar con tres patrulleros de inspección en alta mar. ¿Las nuevas embarcaciones disponen de algún equipamiento distinto?

—Hemos aprendido mucho con nuestra flota hasta ahora, y los equipos de los barcos serán prácticamente los mismos. Eso sí, aumentaremos la vigilancia aérea con drones. Pero las características de los buques serán parecidas para poder seguir trabajando en la cooperación de guardacostas europeos con Frontex y EMSA.

—Este año han aumentado su presupuesto en 14 millones de euros. Además de la generación de empleo y los nuevos buques de control, ¿qué otras inversiones prevé la EFCA?

—Inversiones a futuro, sin duda. Uno de los campos clave es la tecnología de la información y los datos.

—La agencia de Vigo superó en 2021 el centenar de trabajadores. ¿Qué tipo de empleos han fomentado? ¿Han contratado a más gallegos?

—Más bien es gente de todo el mundo. Trabajamos con un número importante de personal de toda Europa, de 18 nacionales distintas.

«En el sector decimos que un atún rojo vale lo mismo que un Mitsubishi»

Steel tiene muy claro cuál es el sentido último del organismo que dirige.

—¿Diría usted que la evolución del sector pesquero está siendo positiva, que existe una mayor concienciación en cuanto a la sostenibilidad de los recursos? Lo digo porque buena parte de las infracciones que detectan siguen estando relacionadas con la no declaración de capturas…

—No hay un futuro para la pesca sin sostenibilidad. Creo que la industria ya lo entiende. Sin embargo, sigue habiendo gente que rompe esta visión en favor de sus ganancias económicas. Y tales prácticas, en este sector tienen un impacto enorme.

—¿Podría señalar alguna especie en concreto que motive ese afán lucrativo?

—El atún rojo. Es un caso de éxito para todos los agentes implicados en la aplicación de la normativa, más allá de la agencia. Es un ejemplo muy ilustrativo ya que un solo túnido puede valer 45.000 euros. Supuso mucho esfuerzo, pero estamos viendo la recuperación de la especie. En el sector decimos «one bluefin tuna, one Mitsubishi», es decir, «un atún rojo vale lo mismo que un Mitsubishi».