La UE avisa a Noruega y Rusia por el «trato discriminatorio» a los bacaladeros comunitarios

Consumado el brexit, Noruega rebajó unilateralmente la cuota de bacalao de la Unión Europea (UE) en el mar de Barents, en el archipiélago de Svalbard. Negoció con Reino Unido un cupo de casi 7.000 toneladas y se las restó a la flota comunitaria, reduciendo las cerca de 25.000 que le corresponden a casi 18.000. Eso afecta directamente a los últimos cuatro bacaladeros españoles, con base en Cantabria, País Vasco y Vigo, donde suelen operar. Después de que el Gobierno de Oslo amenazase con detener a los barcos comunitarios si pescaban más de lo que les asignó, la UE ha reaccionado expresando su «preocupación por las decisiones insostenibles sobre el bacalao ártico» de Oslo y Moscú.

En concreto, porque mientras los científicos del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES, en sus siglas en inglés) recomiendan recortar las capturas de ese pescado un 43 % el próximo año, «un plan de gestión noruego-ruso, desarrollado sin la participación de las partes interesadas internacionales, prevé una disminución mucho menor, de solo el 20 %», sostiene la Dirección General de Asuntos Marítimos y de Pesca de la UE.

Desde ese departamento, que preside Charlina Vitcheva, inciden en que llueve sobre mojado porque del 2017 al año pasado Noruega y Rusia «incluso ignoraron su plan de gestión bilateral al establecer continuamente cuotas más altas» de las iniciales. Apela a esos dos países «con el objetivo de acordar una gestión sostenible y no discriminatoria del bacalao ártico».

La UE avisa a Oslo y a Moscú porque «conducen a una mayor presión» sobre los recursos de esa especie y «a un trato discriminatorio de los pescadores de la UE», a quienes no les reconocen sus derechos históricos. Y les recuerda que marcar las cuotas de otros países sin contar con ellos «contraviene el derecho internacional del mar».

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