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¿No es gallego el pulpo á feira?

s. s. REDACCIÓN / LA VOZ

PESCA Y MARISQUEO

Este es el sello que Correos le dedica al pulpo á feira, en la serie Gastronomía: España en 19 platos
Este es el sello que Correos le dedica al pulpo á feira, en la serie Gastronomía: España en 19 platos Correos

Correos lanza 125.000 sellos de «un exquisito plato» cuyo origen sitúan en «tierras leonesas, incluso extremeñas»

05 ago 2021 . Actualizado a las 10:56 h.

Icono de la gastronomía gallega y uno de los referentes de la española, los tentáculos del Octopus vulgaris traspasaron desde hace años fronteras, seduciendo paladares en numerosos lugares del mundo. De las muchas preparaciones posibles, entre las más populares sobresale el pulpo á feira, gallega de nombre, pero cuyo origen sitúa Correos «en tierras leonesas, incluso extremeñas».

Al menos eso dice Correos, que acaba de lanzar 125.000 sellos dedicados al pulpo á feira, una elocuente fotografía elaborada «según la receta tradicional donde se aprecian los ingredientes principales». Es la tercera entrega de la serie «España en 19 platos», resultado de un convenio de colaboración de Correos y la Real Academia de Gastronomía. Como los otros representativos de las otras 16 comunidades autónomas españolas y de las ciudades de Ceuta y Melilla, es un homenaje a las «recetas más significativas» de la gastronomía nacional.

Cierto que gran parte del pulpo que se consume no es gallego, porque las capturas medias del autóctono entre el 2010 y el 2018 representan alrededor de un diez por ciento de los más veinte millones de kilos comercializados en gran parte de esta década, según un estudio del proyecto Cephs&Chefs. Asumido que la mayoría es importado, en gran parte de Marruecos o Mauritania, Correos explica en su web por qué el plato elegido como emblema de Galicia no nació originariamente en esa comunidad.

Comienza confirmando lo que millones de personas han comprobado a lo largo de generaciones: el pulpo á feria es un «exquisito plato». Y repasa su historia recordando que antes de conservarlo en cámaras frigoríficas o congelarlo «se solía poner al sol para alargar así su conservación». Atribuye su nombre «a que se cocinaba generalmente en las ferias de ganado a las que acudían los arrieros maragatos», de la Maragatería, comarca de León. Comían «lo que más a mano tenían: el pulpo, previamente seco, rehidratado, cocido, aliñado con aceite de oliva y pimentón».

Los maragatos y la receta

Según Correos, como los maragatos comerciaban con el aceite de oliva y el pimentón, «es por ello que el origen de esta receta reside en tierras leonesas, incluso extremeñas, según algunos». «Pronto empezó a servirse también en Galicia» y más tarde se le añadió una patata hervida como guarnición, «detalle en el que reside la diferencia entre el pulpo a la gallega y el pulpo á feira».

Ahora la «receta más respetada y seguida» requiere congelar el pulpo el día antes de cocinarlo en un «caldero de cobre con abundante agua». Cuando empieza a hervir, toca «asustar al pulpo, metiéndolo en el agua hirviendo durante un minuto, repitiendo unas tres o cuatro veces esta operación para al final, dejarlo en el agua y que hierva a fuego medio/alto durante unos 45 minutos». Después se saca, se escurre, se trocea y, «para finalizar, se esparce por encima sal gorda, pimentón y un buen chorro de aceite de oliva virgen».

«Años de tradición»

Más allá de la procedencia de la receta original, Correos ratifica una incontestable evidencia: «Cuando degustas un buen plato de pulpo á feira, estás saboreando años de tradición culinaria que se transmiten de generación en generación».

A todo esto, el sello con el que homenajea a este emblema de la gastronomía de Galicia mide 40,9 por 57,6 milímetros, tiene un valor postal de 4,15 euros y sirve para enviar a la península y Baleares cartas certificadas, normalizadas, de hasta 20 gramos de peso. También en convenio con la Real Academia de Gastronomía, ya ha emitido sellos de la caldereta de cordero de Extremadura y del cocido de Madrid.