Patrocinado porPatrocinado por

Una flotilla para defender el mar

Rosa Estévez
rosa estévez VILAGARCÍA / LA VOZ

SOMOS MAR

Cientos de barcos escoltaron la entrada del Artic Sunrise en la ría de Arousa

12 jun 2024 . Actualizado a las 23:07 h.

Cerca del faro de Punta Cabalo, en A Illa de Arousa, hay una gran roca que sirve de privilegiado mirador sobre la ría. Allí se dieron cita, desde primera hora de la tarde de este miércoles, un buen puñado de personas que querían tomar parte, aunque fuese como simples espectadores, en la manifestación de barcos convocada «en defensa do noso mar». Coincidiendo con la llegada a la ría del Artic Sunrise, uno de los barcos de Greenpeace, la Plataforma en Defensa da Ría de Arousa quiso organizar una protesta marítima que dejase constancia, una vez más, de la preocupación y el temor con el que conviven quienes trabajan la ría y ven, año a año, como cae su productividad. «Se non tivese a lancha en terra, eu non estaría aquí, estaría aí», decía uno de los hombres que se había encaramado a la piedra. «Aínda hai bastantes barcos, e seguen chegando da banda do mar», señalaba otra voz a su lado. Y era cierto: alrededor del Artic Sunrise se fueron colocando barcos de batea, alguna planeadora, dornas y embarcaciones históricas como el Chasula y el Komaira, hasta formar un denso racimo que de vez en cuando hacía sonar las sirenas.

La marcha marítima tardó en empezar. «Parece a procesión do Carme», decía una voz sobre la roca. Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre durante la fiesta en honor a la patrona de los mares, los barcos iban ayer vacíos, sin apenas gente a bordo: solo el personal enrolado podía estar presente durante una protesta de la que también quedaron excluidas las embarcaciones del raño que han interrumpido la actividad por la falta de marisco en sus concesiones. La falta de gente se suplió con pancartas y lemas recordando los muchos motivos que alimentaban la convocatoria: desde la contaminación hasta Altri.

La marcha fue un éxito tanto por mar, como por tierra: cuando el Artic Sunrise se puso en marcha, lo mismo hicieron las embarcaciones que lo acompañaban, poniendo buen cuidado en no rebasarlo en ningún momento. La gente que ocupaba la gran piedra de Punta Cabalo también se movió, buscando otro rincón de la costa de A Illa desde el que poder seguir viendo el avance de la flotilla. El viaje compartido iba a finalizar antes de llegar a Vilagarcía: solo el barco de Greenpeace tenía permiso para entrar en el puerto. Allí lo esperaban voluntarios de la organización, mariscadoras, bateeiros y dos pancartas «en defensa do noso mar».

La presidenta de Greenpeace en España, Eva Saldaña, explicaba las razones por las que su organización ha decidido sumar fuerzas con una entidad como la Plataforma en Defensa da Ría de Arousa. Y la razón es obvia: «La nuestra es una lucha compartida». La oenegé está embarcada en una campaña para conseguir que se ratifique el Tratado de los Océanos. Un documento fundamental, explica Saldaña, para el futuro de todos los mares, también el de Arousa, cuyos sectores productivos —pesca artesanal, mejilloneros, mariscadoras— sufren las consecuencias de la desprotección de las rías y de los océanos.