Demandarán a la UE si fija cuotas por encima de los consejos científicos
21 nov 2023 . Actualizado a las 21:55 h.Para organizaciones conservacionistas como Oceana, Seas at Risk o Client Earth no existe más sostenibilidad que la medio ambiental. A su juicio, es ilegal fijar posibilidades de pesca por encima de las recomendaciones científicas, dado que eso alienta la sobrepesca y pone en peligro la supervivencia de las especies y de las propias comunidades pesqueras. No es la primera vez que estas entidades llevan a los tribunales, aunque hasta ahora tenían que hacerlo a través de las instancias nacionales. Pero ahora que la normativa permite a las oenegés «cuestionar las decisiones del Consejo sobre los límites de pesca» directamente ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), que a nadie le quede duda de que actuarán por esa vía si en diciembre que vienen hacen caso omiso a los consejos científicos, advirtió el abogado de vida y hábitats marinos de ClientEarth Arthur Meeus.
Según dijo, los ministros fijaron en el 2021 cuotas un 43 % por encima de lo recomendado; en el 2022, un 33 % de más, y para este año se rebasó un 25 % lo aconsejado por los científicos del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES, por sus siglas en inglés).
Animados por el informe de la abogada general Tamara Capeta, que interpreta que el Consejo está más obligado por los legisladores a mantener la sostenibilidad biológica que por las consideraciones socioeconómicas, los conservacionistas recuerdan a los ministros que deben respetar las obligaciones legales y «atenerse a las consecuencias si no es así».
Cierto es que las conclusiones de la abogada general no son vinculantes, pero sirven de base a la decisión del TJUE —que todavía no se ha pronunciado— y esta institución suele compartir las conclusiones en un 70 % de sus sentencias, apuntó Meeus, que advirtió que no se librará tampoco el Reino Unido, contra el que también actuarán si supera las recomendaciones científicas.
Javier López, director de la campaña de Pesca de Oceana en Europa, señaló que todavía hoy no se ha cumplido el compromiso de llevar todas las poblaciones de peces al rendimiento máximo sostenible (RMS). Como ejemplo más claro citó el bacalao, a punto del colapso, dijo. Pero como ese stock hay otros, hasta 25 especies pesqueras del Atlántico nororiental que requerirían un total admisible de capturas (TAC) cero para su regeneración. Citó poblaciones tan familiares como el arenque, la caballa, la cigala o la anguila. «Para asegurar el futuro de estas poblaciones pesqueras, los países europeos deben adoptar políticas fundamentadas en la ciencia que den prioridad a la sostenibilidad medioambiental y aborden las causas de la sobrepesca», dijo. Porque preservar estas poblaciones «es una responsabilidad compartida, vital no solo para la salud del océano sino también para las localidades costeras que dependen de ellas».
Y no solo eso. La sobrepesca también contribuye a empeorar los efectos del cambio climático, según las oenegés. Rémi Cossetti, responsable de pesca en Seas at Risk, explicó en una rueda de prensa convocada por Oceana que la ciencia ha demostrado «que los peces desempeñan un papel vital para mitigar el cambio climático». Dejar de pescar por encima de las posibilidades biológicas «no solo ayudaría a recuperar las poblaciones que sufren esta situación y sus ecosistemas, sino que también contribuiría a estabilizar el clima», asegura.