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Basura Marina: cómo la cofradía de A Illa pescó en Facebook 43 toneladas de basura

Rosa Estévez
rosa estévez A ILLA / LA VOZ

SOMOS MAR

MONICA IRAGO

En 2019 se creó un grupo para coordinar esfuerzos voluntarios para recoger residuos en la costa; en las playas isleñas el efecto de ese trabajo se empieza a notar

25 ene 2022 . Actualizado a las 13:43 h.

Este fin de semana se han descubierto, en las playas de A Illa, varias garrafas de plástico rellenas con aceite procedente del motor de una embarcación. El hallazgo ha generado un profundo enfado en la cofradía y la OPP-20, cuyos vigilantes se han encargado de retirar ese regalo envenenado que alguien dejó abandonado en la playa de Comboa. «Iso é algo que botou alí alguén do sector. Alguén que sabe ou debería saber que hai depósitos para deixar esas cousas no Xufre. Que vive do mar pero que non lle preocupa ensucialo», comentaba ayer Juan Millán Rial. «Non damos aprendido», se lamenta el presidente de la OPP-20 y patrón mayor, quien en el año 2019 creó el grupo de Facebook Basura Marina, una herramienta para intentar reducir la cantidad de residuos presentes en la costa de A Illa.

La idea del grupo era sencilla. «Había xente que ía a andar e que, de paso, ía recollendo basura e poñéndoa onde vían. A idea era que informaran de onde a deixaban para que os vixiantes, nas rondas que fan, pararan a recollela», explica Rial Millán. La idea funcionó. Funcionó tan bien que en los últimos años se han retirado de las costas isleñas alrededor de 43 toneladas de basura. «Iso, tirando polo baixo», explica Rial Millán.

Cierto es que no toda esa cantidad de residuos ha sido pescada por quienes practican el plogging —voz inglesa que define la combinación de la práctica de ejercicio al aire libre con la recogida de desperdicios—. El sector del mar también se ha implicado en la retirada de todo aquello que encuentran en el medio y que no debería estar allí. En su trabajo se tropiezan con las cosas más insospechadas: hace unos días, las mariscadoras hallaron un juguete sexual que provocó más de una carcajada en el punto de control y en la lonja.

Además de lo que los profesionales del mar puedan ir rescatando durante sus días de faena, la cofradía y la OPP-20 han organizado jornadas de limpieza específicas, centradas en la captura de ruedas utilizadas como defensas por la flota local, o aparejos y redes perdidos durante la faena. En ese sentido, recuerda Rial Millán que «dentro do proxecto Plancton sacamos 3.100 quilos de rodas un día, e outros 2.600 de aparellos e cordas da zona do Areoso». Ya antes de la colaboración con Abanca se habían realizado «outras limpezas no mar», que habían permitido llenar hasta los topes un barco de batea cedido por un mejillonero de A Illa para la ocasión.

Asegura Rial Millán que todo ese trabajo se nota en las playas de A Illa. «As praias están moito máis limpas agora que antes. Nótase ben: ao principio as cantidades de lixo que se sacaban eran auténticas barbaridades», señala. La situación es mejor, aunque los temporales del invierno sigan empujando hasta la costa todo tipo de residuos. «Ogallá o mar devolvera todo o que lle sobra, así podiámolo recoller. O malo é todo o que queda nel», señala el responsable del pósito isleño.

ADRIÁN BAÚLDE

El remate de programas como el CleanAtlantic, del que formaba parte el sector del mar isleño, no va a significar, en ningún caso, que A Illa cuelgue los guantes de recoger residuos. «Nós temos unha folla de ruta marcada e imos seguir traballando», señalaba ayer Juan Rial Millán. Así que se van a programar limpiezas de fondos en la zona de Areoso y Xidoiros, así como batidas para retirar las ruedas-defensa que los barcos hayan ido perdiendo con el paso de los años. Por no hablar, claro está, del trabajo de recogida de los residuos que muchos voluntarios anónimos amontonan en la parte alta de la playa para que luego los vigilantes los retiren. Por supuesto, si el programa Plancton vuelve a activarse, A Illa está dispuesta a participar en él. «Ogallá mais empresas seguisen esa iniciativa», dice Millán. Para limpiar el mar nunca sobran manos.