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El cupo de merluza gallega podría bajar un 11 % por falta de datos de la especie

e. a. REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

El sector no da crédito a que no se haya evaluado un «stock» de tanta importancia para la flota española

16 oct 2021 . Actualizado a las 04:45 h.

Ante la duda, menos merluza. Y sobre cuál es el estado biológico de ese stock en aguas ibéricas hay muchas. Tantas son las incógnitas que, según los científicos, no queda más remedio que aplicar el principio de precaución y en la propuesta que han elevado al Ejecutivo comunitario rebajan un 11,2 % las posibilidades de pesca que sugieren para esa especie en el 2022 con respecto a las que planteaban para el año pasado. De aprobarse ese recorte, supondría una caída de un 18,6 % con respecto a la cuota que hay para este año. «Xa queda pouca flota, como para seguir baixando o cupo de pescada», se lamentaba Torcuato Teixeira, secretario xeral de Pescagalicia al término de la reunión del jueves, en la que las autoridades de pesca trasladaron al sector las propuestas de totales admisibles de capturas (TAC) y cuotas para el 2022 que han propuesto los científicos.

Es cierto que todavía falta incorporar la visión del Comité Científico y Técnico de la Pesca (STEFC) antes de que la Comisión Europea haga pública su sugerencia, que debatirán en diciembre los ministros de los Veintisiete. Pero la experiencia de años invita a pensar en que ese 11,2 % acabará negro sobre blanco en la sugerencia del Ejecutivo comunitario, más dado a atender la vertiente biológica de la sostenibilidad que las otras dos que la componen: la social y la económica.

El sector pesquero no da crédito a que una especie tan importante para España, y más para Galicia, como es la merluza del sur pueda estar en la categoría 3, etiqueta que se da a los stocks sobre los que no hay datos suficientes para hacer una recomendación basada en criterios científicos. Eso es que no se ha hecho campaña o prospección desde hace años, un abandono imperdonable, a juicio del sector, que de nuevo se lamenta de pagar los platos rotos de la crisis del Instituto Español de Oceanografía (IEO). «Ao final, as deficiencias do IEO as paga a pesca», resume Teixeira. Y en especial a estas alturas cuando se supone que la política pesquera obliga a tomar decisiones en base a la mejor información científica disponible.

Sin margen de flexibilidad

Ya no se trata solo de que las posibilidades de pesca se recorten un 11 % por esa falta de datos. Es que, además, como especie incluida en la categoría 3 que es, quedará al margen de las pesquerías en las que se puede aplicar el mecanismo de flexibilidad y descontar contra la cuota de otras especies las capturas que se produzcan, de ahí que Pescagalicia augure más paralizaciones definitivas en la flota gallega.

No es la única recomendación que ha sacado de quicio al arrastre gallego. El malestar también es patente en el caso de la xarda, para el que se propone también un recorte del 7 %. La indignación es porque toda esa merma que el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES, por sus siglas en inglés) recomienda para la presión pesquera va a recaer exclusivamente sobre la flota comunitaria, «a única que cumple», apunta Teixeira recordando lo ocurrido este año con Noruega, las Feroe e Islandia. Estos países decidieron por su cuenta y riesgo autoasignarse la cuota que cada cual creyó conveniente para atender las necesidad de su flota.

Para el jurel también vienen mal dadas, sobre todo en la zona VIIIc, para el que se propone un recorte de más del 12 %, aunque en este caso era el propio sector el que venía advirtiendo desde hace años de la debilidad del stock, pues les cuesta encontrarlo.