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«¿Por qué parejas con hijos pequeños son las que comen menos pescado?»

s. serantes REDACCIÓN / LA VOZ

SOMOS MAR

PEPA LOSADA

El sector de los productos del mar analiza en Baiona tendencias de consumo

14 jul 2021 . Actualizado a las 11:47 h.

Tras casi año y medio de pandemia, quienes hacen posible que nos alimentemos con pescados y mariscos recuperan estos días 14 y 15 las añoradas charlas que generan confianza, en las que germinan ideas y negocios. Aecoc, la Asociación de Fabricantes y Distribuidores, celebra en Baiona el 21 Congreso de Productos del Mar. Eduardo Míguez López (Viveiro, 1969), director general adjunto del Puerto de Celeiro, preside ese comité en Aecoc, que entre sus 30.000 asociados cuenta con más de mil empresas ligadas a un sector esencial.

-Tras el parón forzoso del 2020...

-El de productos del mar es el primer congreso presencial de Aecoc en la pandemia. Más allá de las conferencias, por interesantes que sean, el objetivo es el reencuentro de todo el sector. Más que nunca, alentamos los diálogos personales para compartir experiencias y propiciar relaciones comerciales. Que importa como cita ineludible lo saben los 200 profesionales que esperamos en el Parador de Baiona.

-Recalca lo del reencuentro.

-Hay muchas ganas de volver a verse, de hablar, tras las lecciones de la pandemia. Debemos aprovechar que en las casas se comen más productos del mar, potenciar ciertos canales de venta y trabajar más con presentaciones que prefieren las nuevas generaciones, como colas o filetes, y que demandan más medianos y grandes distribuidores.

-¿Cómo lo percibe el cliente?

-Muy interesante comprobar que el 2020 marcó un punto de inflexión en la caída del consumo. Con el canal horeca cerrado, sin restaurantes, repuntó en los hogares de un modo sorprendente. Analizarlo es clave, pero más aprovechar que se ha cocinado más que nunca, que nos atrevemos a probar nuevas variedades en las casas. Productos como, por ejemplo, lubina, besugo, salmón o cefalópodos, que mucha gente solo consumía en restaurantes, se prepararon en los hogares como la siempre presente merluza.

-¿Qué indican las estadísticas?

-Datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación revelan que el consumo doméstico subió un 10,5 % en kilos, un 13,8 % en valor y un 3 % en precio medio. Incluyendo frescos, congelados y conservas, cada persona residente en España consumió 24,83 kilos de productos del mar, un 10,2 % que en el 2019, y gastó un 13,5 % más. Enero del 2020 empezó con una caída en la compra del 5,5 % y el resto del año creció, especialmente en abril y mayo, los meses del confinamiento duro. Hablamos de 1.150 millones de kilos por valor de 10.240 millones en el 2020.

-¿Cuáles se consumen más?

-Las cifras confirman la prevalencia de los frescos, 10,58 kilos por persona y año, casi uno más que en el 2019. Creció en todo, más en congelados (17,5 %), y en mariscos y moluscos cocidos, (17,2 %). El supermercado y el autoservicio son el canal de compra preferido, casi el 50 %, la tienda tradicional gana hasta casi un 24 % y, con todo por hacer porque su cuota de mercado es el 1,4 %, el comercio electrónico sube un 94 %. Revelador ver que en la pandemia los consumidores comenzaron a comprar a su pescadero de toda la vida a través de WhatsApp. Ágil y fácil, necesidad y sentido común funcionan, y eso hemos de profesionalizarlo.

-¿Y cómo va el 2021?

-IRI, especializada en big-data, lo detallará en el congreso. Hasta mayo el consumo de productos del mar en los hogares subió un 1,6%, con un crecimiento del 14% en refrigerados y una bajada de 2,2% en congelados y del 1,4% en frescos.

-¿Quién come más pescado?

-Según el ministerio, y en números redondos, los jubilados, 43 kilos por persona durante el 2020, 18 más que la media nacional de 24. A continuación, con 38 kilos, los adultos independientes y las parejas adultas sin hijos. Jóvenes independientes y parejas con hijos mayores rondan los 25, y las parejas jóvenes sin hijos, los hogares monoparentales y las parejas con hijos de edad media oscilan entre 18 y 19 kilos. Parejas con hijos pequeños son las que menos, 12 kilos por persona. ¿Por qué, si está sobradamente demostrado que el pescado, imprescindible en una dieta sana y equilibrada, es esencial para crecer bien física, intelectual y emocionalmente?

-También analizarán las perspectivas de la venta a distancia.

-Todo apunta a un crecimiento exponencial, acelerado porque los jóvenes ya compran por Internet y otros segmentos de población probaron y les funciona.

-¿Y eso del «libre servicio»?

-El envasado en bandeja, con el pescado listo para cocinar. Países como Inglaterra, Alemania y, sobre todo, Japón, venden en los lineales de supermercados bandejas con todo tipo de productos y presentaciones, para todo tipo de clientes, adecuándose al formato que demandan y garantizándoles la seguridad alimentaria.

-¿Son los formatos del futuro?

-Creo que sí, listos para consumir, como una bandeja con un lomo de merluza, seguramente con una salsa o una guarnición, para facilitarle al consumidor la elección y la preparación en su domicilio, indicándole cómo y cuánto tiempo de preparado necesita.

-Estudiarán «cómo comunicar eficazmente al consumidor en un mar de desinformación».

-Vivimos en una sociedad de tendencias, pero se dan casos en los que falta información o se desconocen las ventajas y, sobre todo, los inconvenientes de no comer proteína animal. Alimentarse con productos del mar no es lo mismo que con otros, y hay que poner en valor virtudes que aún se ignoran. Por el mar de la desinformación también flotan alertas infundadas sobre parásitos o metales pesados. Hay quienes piensan que es necesario congelar un pescado fresco eviscerado que se va a cocinar de forma tradicional, pese a que así se inertizan los posibles parásitos y el riesgo es cero. Otra barbaridad es creer que puede causar problemas comer pez espada cada cierto tiempo.

-¿Alarmismo gratuito?

-No hay nada peor que una media verdad, y en ese mar revuelto hay un poco de todo: gente que comunica sin saber y, por tanto, crea desinformación; gente que aprovecha para arrimar el ascua a su sardina y dejar mal la del prójimo... Como a todos los que trabajamos con productos del mar nos interesa, en el comité de Aecoc preparamos protocolos con mensajes claros, rigurosos y honestos por si reaparecen desinformaciones, alertas infundadas...

-Otro tema del congreso: «Reinventarse a través de la ingeniería de toda la cadena de valor»

-Los nuevos sistemas de aprovisionamiento son una labor de equipo, de todos los eslabones. Buen ejemplo, el de las cajas del pescado, en las que nos jugamos tanto dinero, porque se pierden, las roban, pero esos rotos económicos y logísticos podemos resolverlos si las uniformizamos y una empresa las gestiona todos. Economía circular, aprovechando sinergias para rentabilizarlas.

-¿Queda tanto por hacer?

-Navegamos, convencidos de que casi todo es posible uniéndonos. Otro ejemplo: Puerto de Celeiro, productores de pescados frescos, y Stolt Sea Farm, cultivadores en piscifactorías, nos aliamos para acompañar a clientes de Carrefour a la pescadería y darles información para que elijan libres. Cuando entendamos que lo importante es que se consuman productos del mar, y no enredarse en guerras intestinas, nos beneficiaremos todos y contribuiremos al bienestar social.

-¿Sigue pendiente mejorar la imagen de los productos del mar?

- La revolución pasa por comunicar de forma diferente, por llegar al consumidor a través de los canales digitales de uso común, con mensajes claros y directos, seguros de que lo haremos mejor juntos que si esperamos por otros, que no lo harán. Además, el proceso de concentración, de mayor profesionalización, resulta ineludible en un mercado global, y no solo en toda la cadena de los productos del mar.