Las cofradías gallegas proponen vetar la pesca dirigida de la especie en el Cantábrico para que las 54 toneladas que quedan den para cubrir las capturas que llegan con la centolla
02 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Aparte de profundizar en el análisis del impacto que el sistema de totales admisibles de capturas (TAC) y cuotas tiene en la flota de artes menores, la jornada que el viernes pasado celebraron las cofradías gallegas en su sede de O Milladoiro sirvió a los pescadores para conocer, por fin, la cantidad de raya de la que disponen de aquí al final de año. Fue el subdirector general del caladero nacional, Rafael Centenera, el que les transmitió que quedaban por pescar 54 toneladas, una cantidad nada boyante porque es ahora, en noviembre, cuando las artes menores necesitan disponer de cuota para cubrir una especie accesoria. Y es que en dos semanas arrancará por la ría de Pontevedra la campaña del centollo, y el arte con el que se pesca, los miños, son especialmente hábiles en enmallar raya junto al crustáceo.
Claro que ese medio centenar de toneladas no es solo para las artes menores. Ni siquiera es exclusiva de Galicia. Deben repartirlas con el arrastre, el palangre y demás artes que faenan entre la desembocadura del Miño y la del Bidasoa. Así es que no queda más remedio que contar con las otras federaciones del Cantábrico y convencerlas de la conveniencia de la medida.
Así es que la Federación Galega de Confrarías propondrá adoptar medidas de gestión para hacer que esas 52 toneladas sean suficientes para cubrir las capturas accesorias y no sobrepasar el cupo de raya. El planteamiento pasa por vetar la pesca dirigida hacia la especie -puesto que de esa manera la cuota que queda se agotaría en poco más de dos días-, y fijar topes semanales de descargas. Asimismo, desde la Federación Provincial de Cofradías de Pontevedra, sugieren que la reapertura de la pesquería de la raya -interrumpida en junio precisamente para cubrir los consumos de los últimos meses del año- se haga coincidir con la de la centolla, precisamente para no tener que enfrentarse al problema de no disponer de cupo para desembarcar la especie. Plantean, incluso, la posibilidad de pedir un adelanto de la cuota con cargo al 2018.
Ahora bien, esa propuesta que llevará la federación gallega debe ser respaldada por las demás agrupaciones del Cantábrico. Galicia sondeará el apoyo a ese planteamiento hoy mismo, en la reunión que las cofradías gallegas, asturianas, cántabras y vascas celebran en Burela.
«Un sinvivir»
Si se aprueba la propuesta que llevarán los pósitos de Galicia se podrá salvar este año, pero los de Pontevedra tienen claro que es necesario buscar una fórmula de gestión para el año que viene, porque lo de la raya, «é un sinvivir», señala José Antonio Gómez, presidente de la federación pontevedresa y patrón mayor de Portonovo, puerto que tiene en esa especie uno de sus bastiones económicos y gastronómicos.
Pero peor «sinvivir» dará a partir del 2019. Si ahora deben devolverla al mar a causa de la falta de cupo, cuando el desembarque sea obligatorio puede convertirse en una especie de estrangulamiento para la flota de artes menores y amenaza con paralizar su actividad. Es por eso que desde la Federación Galega de Confrarías apuntan la necesidad de obtener información científica que demuestre que la raya es una especie de alta supervivencia y que es posible descartarla. Algo que urge, pues a fin de cuentas el 2019 «está aí», señala el presidente de los pósitos gallegos, Tomás Fajardo.
La flota de artes menores precisa de un «lobby» para defender sus intereses
Bajura, artesanal, pequeña escala... Ya solo la variedad de las denominaciones para referirse a la flota pesquera de menores dimensiones da idea de esa dispersión que hace que las reivindicaciones y problemas de las embarcaciones de artes menores queden difuminados. La necesidad de formar un grupo de presión que permita hacer visible a este segmento de flota y que pelee en defensa de sus intereses es una de las cuestiones recurrentes en la jornada de debate organizada por la Federación Galega de Confrarías para debatir sobre el impacto de los TAC (totales admisibles de capturas) y cuotas en la flota de artes menores.
Cuotas individuales
En la sesión celebrada la semana pasada en la sede de que la federación gallega tiene en O Milladoiro se abordó el problema de las capturas accidentales y la escasez de cuotas y se analizó la viabilidad de implantar otras fórmulas de gestión en sustitución del sistema de TAC y cuotas, como los cupos individuales transferibles (ITQ) probados con éxito diferente en otros países o la limitación por esfuerzo pesquero. Claro que eso requiere un cambio en la normativa que no siempre se puede hacer de un día para otro, a juicio de Tomás Fajardo. Este destacó la utilidad de la jornada como foro de debate, intercambio de opiniones y análisis de las principales preocupaciones del sector de la bajura.