La enfermedad tropical provocada por ingerir pescado con toxina obliga a los pescadores a tomar precauciones
09 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.Cuentan los libros de historia que Juan Sebastián Elcano, el primer marino que completó la vuelta al mundo navegando, murió de escorbuto en 1526 a bordo de la nao Victoria. Esa enfermedad, provocada por la falta de vitamina C, era causa habitual de muerte entre las tripulaciones de esas grandes expediciones que no probaban un cítrico en años. No hay técnicas forenses que permitan hacer autopsias retroactivas, pero es posible que el ácido ascórbico no tuviese tanto que ver en el deceso del explorador y que este perdiera la vida a causa de la ciguatera, un envenenamiento causado por comer pescado con altos niveles de toxina. «No hay pruebas, pero podría ser». Y podría ser, según Santiago Fraga, investigador del IEO de Vigo, porque la primera vez que aparece un caso documentado de intoxicación por consumo de pescado es, precisamente, a bordo de una de las naos de esa expedición por el Pacífico, cuando el capitán general invitó a los capitanes y oficiales del rey a degustar una barracuda que habían capturado y todos los que la comieron sufrieron diarrea y quedaron inconscientes. No murió ninguno, pero la intoxicación fue lo suficientemente importante como para quedar documentada. Y para saber que ese envenenamiento por ingestión de pescado con toxina ya viene de antiguo.
Experiencia gallega
En Galicia de sobra son conocidas las mareas rojas y las intoxicaciones alimentarias por consumir mejillones, vieiras, berberechos, almejas u otros moluscos con elevados niveles de toxicidad. Pero no son tan habituales los episodios con pescados por protagonistas. Y, sin embargo, es un equipo del IEO de Vigo -el encabezado por Santiago Fraga-, el referente en la investigación sobre la ciguatera, como se conoce al envenenamiento por la ingesta de pescado con toxina -ciguatoxinas, para ser exactos, producidas por microalgas-. En España, Canarias es la única comunidad en la que se da este problema. Hoy por hoy, el dinoflagelado que la provoca, el gambierdiscus, está muy lejos de Galicia. Madeira es el punto más cercano en el que se ha detectado el causante de esta enfermedad tropical que deriva de comer pescado con toxina.
Con todo, un mal que, desde que en el 2004 se registró el primer caso de ciguatera -un pescador deportivo y su familia que se intoxicaron después de comer el medregal (seriola) que aquel capturó-, se ha convertido en quebradero de cabeza para el sector pesquero de las islas Canarias.
Cuanto más grande, más peligro
«No supone un problema desde el punto de vista de la salud pública», pues desde ese primer ingreso se habrán constatado alrededor de un centenar de casos -por miles se cuentan los provocados por salmonela-, pero sí un trastorno y una preocupación para los pescadores profesionales, que se ven «ahora sometidos a limitaciones de tamaño» de los ejemplares que capturan -pues se ha constatado que cuanto mayor es el ejemplar más probabilidad hay de que presente ciguatoxinas- y a tomar otras precauciones. Cuenta Fraga que cuando capturan ejemplares de 30 o 40 kilos, toman una muestra, la envían a analizar, congelan el pescado y, cuando tienen los resultados, si son negativos, descongelan el producto y lo comercializan. Toda prudencia es poca para una enfermedad de la que no se han documentado muertes en esas latitudes -sí en puntos del Caribe y del Pacífico-, pero que puede afectar muy negativamente al turismo: «Imagina si un alemán se intoxica y se publica en el Frankfurter Allgemeine Zeitung», plantea Fraga.
Al igual que mucho antes de conocerse la toxina DSP y sus efectos, la gente en Galicia sabía que comiendo bivalvos podía intoxicarse, aquel pescador deportivo que en el 2004 comió su medregal y empezó a sufrir vómitos, diarrea y debilidad muscular sabía que sufría ciguatera. «La llamó así» al entrar en el hospital.
Conocida a nivel mundial
Porque la ciguatera, desde luego, es conocida a nivel mundial. Solo que es más familiar en Cuba -donde se ha bautizado esa enfermedad tropical- Puerto Rico o República Dominicana y otros puntos del Caribe. Incluso en Nueva Caledonia, la Polinesia, Hawái o Japón. Y ya en el Pacífico, donde se han documentado incluso muertes.
Que ahora el gambierdiscus dé problemas en las Canarias tiene que ver, a juicio de Santiago Fraga, con el calentamiento global, que ha hecho que esa microalga tropical haya proliferado en un clima subtropical como es el de las islas.
Los síntomas
Tiene ciguatera si...
Intoxicación leve. Náuseas, vómitos, diarrea debilidad muscular tras comer pescado, como la morena, la barracuda o el mero.
Intoxicación grave. El más llamativo es que se invierte la sensación de frío y calor. Si bebe un vaso de agua helada y le parece que está ardiendo, lo más probable es que tenga ciguatera.
Un problema lejano para Galicia
Fraga subraya que en Galicia no hay peligro de ciguatera. Puede que dentro de 500 años, cuando el agua de Samil esté tan caliente como la de Punta Cana haya que preocuparse, pero no «mientras haya que bañarse con neopreno en las Cíes», bromea. Ni siquiera en el Algarve se ha localizado el bicho.
Que sea un equipo gallego el que esté liderando la investigación sobre la ciguatera en Canarias es pura casualidad. La que hizo que Santiago Fraga acudiese a una reunión en las islas y que al recoger muestras diese con el dinoflagelado que estaba buscando, pero también con el que no debería estar ahí: el gambierdiscus.
Como el IEO de Vigo contaba con una amplia trayectoria en el estudio de mareas rojas y fitoplancton tóxico, casi caía de cajón que fuesen Fraga y su equipo los que se ocupasen de estudiar esta intoxicación alimentaria, por más que en Galicia sean desconocidas.
La experiencia gallega es válida para investigar cómo actúa el dinoflagelado en el pescado, pero ya no lo es tanto para dar con un remedio. En Galicia, mejillones y berberechos no se mueven y, con prohibir la extracción en una zona cuando se detecta una marea roja, está resuelto el problema. Pero el pez no se está quieto. No hay forma de cerrar áreas a la pesca. Es más, las primeras hipótesis planteaban que los ejemplares se alimentaron de gambierdiscus en Cabo Verde y acabaron en aguas de Canarias. Pero hete aquí que en el 2013 se dieron casos de intoxicación por comer mero, que no es migrador, ni mucho menos, por lo que la conclusión es que ingirió gambierdiscus locales, que se han quedado a vivir allí.