La industria cárnica arremete contra el Ministerio de Consumo por reducir «al mínimo» la carne en los menús escolares
GANADERÍA

Anice advierte de para muchos niños de familias con bajos ingresos la única comida equilibrada que hacen al día es la del centro escolar y al reducir en ellos la presencia de proteína animal podría comprometer su alimentación
16 abr 2025 . Actualizado a las 14:02 h.«Carnes: máximo tres raciones a la semana. Máximo una ración de carne roja a la semana. Máximo dos raciones de carne procesada al mes». «Platos cuya base sean alimentos que aporten proteína de origen vegetal: de una a cinco raciones por semana. En aquellos centros educativos que realicen una oferta de menú vegetariano, los cinco segundos platos se basarán en alimentos que aporten exclusivamente proteína vegetal». Esos son algunos de los requisitos para la elaboración de segundos platos de los menús escolares que establece el real decreto 315/2025, de 15 de abril, por el que se establecen normas de desarrollo de la Ley 17/2011, de 5 de julio, de seguridad alimentaria y nutrición, para el fomento de una alimentación saludable y sostenible en centros educativos, publicado este miércoles en el Boletín Oficial del Estado. Pero también son los criterios que han provocado las protestas de las industrias cárnicas agrupadas en la Asociación de Industrias de la Carne de España (Anice), desde donde alegan que el Gobierno ha ignorado la evidencia científica para reducir «al mínimo» el consumo de carne en los menús escolares.
La entidad emitió un comunicado en el que explica que desde Anice se presentaron alegaciones al borrador del real decreto sometido a consulta pública en abril del 2022 para que la presencia de la carne fuera mayor, pero no fueron recogidas. En la nota explican que las «proteínas de origen animal son una fuente insustituible de nutrientes esenciales para el desarrollo físico y cognitivo de bebés y niños, especialmente entre los 6 y 23 meses de edad. Un papel, aún más crucial en contextos con recursos limitados, ya que aportan proteínas de alta calidad, hierro y vitamina B12, nutrientes difíciles de obtener en cantidades suficientes solo a partir de fuentes vegetales».
Haciendo referencia a estudios sobre el consumo de carne dicen que «numerosas investigaciones, recalcan la evidencia directa e indirecta de que el vegetarianismo puede estar asociado con riesgos graves para el desarrollo del cerebro y el cuerpo en fetos y niños». Además advierten de que «la suplementación regular con hierro, zinc y vitamina B12 no mitigará todos estos riesgos. En consecuencia, no se puede afirmar que las dietas restrictivas en proteína animal sean seguras para los niños».
La industria cárnica abre además otro melón. Dice que «el texto indica que persigue fomentar una alimentación sana, nutritiva y variada con independencia del nivel de renta de sus familias. Sin embargo, se da la contradicción de que para muchos niños de familias con bajos ingresos, la única comida equilibrada que hacen al día, es la del centro escolar. Sustrayendo de estos menús escolares los nutrientes esenciales que proporcionan las carnes, la alimentación completa, variada y equilibrada de estos niños podría verse gravemente comprometida». Porque a su entender el real decreto «plantea un evidente desequilibrio nutricional por las restricciones impuestas a la carne y sus derivados en los comedores escolares». En este sentido, detalla que todos los primeros platos de esos menús son de origen vegetal (arroz, pasta, legumbres, hortalizas). «Todas las guarniciones también (ensaladas, patatas, hortalizas y otra vez legumbres) y, a la hora de referirse de raciones de carne, solo hablan de un máximo tres a la semana (es decir que puede ser una o ninguna) y, si es roja, solo una. Con esa cantidad de proteínas vegetales, la cantidad de almidón (azúcar, en definitiva) aportado es a todas luces excesiva», añaden al tiempo que muestran su preocupación por el mensaje que el texto lanza a la sociedad en general con esta limitación al consumo de carne.