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Presente y futuro sostenible para la ganadería

Luis Planas Puchades MINISTRO DE AGRICULTURA, PESCA Y ALIMENTACIÓN

GANADERÍA

Vacas de la Ganadería Baldomero, en Tineo
Vacas de la Ganadería Baldomero, en Tineo

16 ene 2022 . Actualizado a las 11:22 h.

Una de las prioridades de la presidencia francesa en la Unión Europea, en este primer semestre del 2022, es la de avanzar en la reciprocidad de las relaciones comerciales con terceros países. España está en plena sintonía con esta prioridad. Queremos que cualquier alimento que entre en el mercado comunitario cumpla con las mismas exigencias de producción que las que rigen para los productores europeos, que son las más elevadas del mundo. 

El dato que nos interesa aquí es que las producciones agroalimentarias españolas, incluidas, por supuesto, las de la ganadería, sea extensiva o intensiva, responden a los máximos estándares de sanidad y calidad. Tenemos una legislación estricta en la materia y tanto las grandes explotaciones como las pequeñas tienen que cumplir con la normativa medioambiental, de higiene, sanidad, trazabilidad y bienestar animal.

Así lo acaba de manifestar el Consejo General de Colegios Veterinarios de España en un comunicado el pasado 7 de enero: «Las granjas, cualquiera que sea su modelo de explotación y tamaño, apuestan por la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente, con estricto cumplimiento de toda la normativa vigente en la materia y contribuyen de forma decisiva a alcanzar los objetivos del desarrollo sostenible de la Agenda 2030».

Yo tengo plena confianza en la honestidad de los productores de ganado españoles, en la posición con aval científico de los veterinarios y, por supuesto, en los funcionarios que ejercen las labores inspectoras. Si hay alguien que siga dudando, tiene una opción más: poner los casos particulares y sus evidencias en conocimiento de la comunidad autónoma correspondiente para que efectúe la preceptiva inspección.

Disfrutamos también de la confianza de los mercados internacionales. La alimentación es una materia muy sensible y no admite fallos. La ganadería española figura entre las más prestigiosas del mundo. Representa el 21 % de los 58.200 millones de euros de exportaciones agroalimentarias españolas en los últimos doce meses. Una aportación positiva a nuestra balanza comercial que no se puede desdeñar.

Por otra parte, todas las actividades económicas tienen que realizar una transición hacia producciones más ecológicas debido al reto de cambio climático que afronta el planeta. En este sentido, España está en total consonancia con la nueva orientación de la Política Agraria Común (PAC), que va a dedicar al menos el 40 % de su presupuesto a la arquitectura verde. Va a ser una herramienta muy importante para respaldar a los profesionales agrarios en la transición hacia un modelo de producción más sostenible.

El sector ganadero está bien situado para afrontar esas transformaciones. Se están abordando ya muchos de los compromisos sanitarios, ambientales y de bienestar animal a través de la normativa de ordenación ganadera. Esta normativa, ya revisada para el sector porcino y la avicultura, y pendiente de aprobación para el vacuno, plantea un nuevo enfoque sobre el control de las emisiones ganaderas y mejora de la bioseguridad. En este sentido, la normativa de ordenación pone techo al tamaño máximo de las granjas que se pueden autorizar y exige más medidas anticontaminación cuanto mayor sea la explotación.

En ese contexto, España apuesta por respaldar el importante papel social y medioambiental de la ganadería, en especial, la modalidad de ganadería extensiva, que, precisamente, en Galicia es una seña de identidad. El Gobierno trabaja por una ganadería rentable, sostenible desde el punto de vista medioambiental y que contribuya a una alimentación socialmente inclusiva, es decir, que proporcione alimentos accesibles a toda la población.

Las explotaciones de carácter familiar y profesional y el refuerzo del apoyo a las producciones de calidad diferenciada, como la IGP Ternera Gallega, van a marcar el enfoque de nuestras prioridades. Además, para terminar, me gustaría destacar que la apuesta por este tipo de explotaciones está resultando atractiva a muchos jóvenes y a muchas mujeres, que, precisamente, son un puntal de la ganadería gallega.