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«Ahora no puedo hablar, estoy llevando el ganado a un lugar seguro para salvarlo del fuego»

Miriam García Roca / M.C REDACCIÓN / LA VOZ

GANADERÍA

RAÚL SANCHIDRIÁN

Ganaderos de municipios abulenses como Navalacruz y de Cepeda de la Mora relatan las consecuencias del incendio que ha arrasado miles de hectáreas de las tierras de pastoreo

20 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

María Herranz decidió continuar con la tradición familiar y apostó por el vacuno de carne con una raza autóctona, la avileña. Y lo hizo en Villarejo, un pueblo del municipio de San Juan del Molinillo, en la provincia que da nombre a esas vacas. María es una de las afectadas del incendio que desde el pasado fin de semana asola las tierras de Ávila, en concreto los municipios de Navalacruz y Cepeda de la Mora. Porque la explotación que comparte con su hermano y donde tienen 70 y 30 vacas en extensivo, respectivamente, está a tan solo 15 kilómetros de Navalacruz: «Cuando vimos acercarse las llamas tuvimos que subir corriendo al monte para rescatar el ganado. Lo que hicimos fue tratar de acercarlas al pueblo para resguardarlas del fuego», explica a través del teléfono 

Fueron momentos de caos. Parte del rebaño, sobre todo algunos animales jóvenes, quedaron desperdigados por el monte. Dice que aún hoy (por el jueves), varios días después hay gente que la llama para avisarla de que pueden haber hallado a alguno de sus terneros. Al hablar se la nota agobiada. Recuerda aún cuando el fuego se acercó a la población y tuvieron que hacerle frente tres patrullas de gente del pueblo. Lograron desviarlo, pero la batalla aún no está ganada. No al menos para los ganaderos de la zona. Muchos han perdido sus reservas de forraje y de paja que tenían almacenada para el invierno. Ni pasto queda en el campo porque se lo ha comido el fuego. 

Y la incertidumbre no cesa. Pablo, también ganadero en la zona, coge el teléfono mientras pastorea el ganado para acercarlo a una zona segura: «Ahora no puedo hablar que estoy con el ganado. Estoy ahora en un momento complicado. Solo te puedo decir que la cosa está jodida, muy jodida».

La lucha de los ganaderos contra el fuego es desesperada. Aunque todavía es pronto para estimar una cifra exacta de hectáreas afectadas, pero según la Junta de Castilla y León se estaría hablando de al menos unas 12.000 hectáreas dañadas por el fuego. Para Alicia, miembro de Asaja Ávila, los daños medioambientales, económicos y psicológicos son incontables, pues muchas personas han visto como el trabajo de toda su vida se ha visto arrasado en tan solo unas horas: «Muchos ganaderos subieron al monte y bajaron lo más rápido que podían a los animales, pero también perdieron a muchos entre las llamas y en el revuelo causado por la aparición del fuego en la zona». 

Sobre el futuro de estas explotaciones todavía queda mucho que discurrir en los próximos días. Entienden que la Junta tiene que implicarse porque sin su ayuda muchos de los ganaderos no podrán hacer frente a la crisis. Tampoxo saben qué pasará con las ayudas de la PAC ligadas a pastos o cultivos. La UE da cinco años para regenerar los pastos tras una tragedia o las perderán.