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José González, conselleiro do Medio Rural: «Los investigadores están siguiendo a varios incendiarios y los vamos a coger»

María Cedron REDACCIÓN

FORESTAL

Sandra Alonso

Asegura que puede haber unos dos millones de fincas sin limpiar en torno a casas

10 ago 2022 . Actualizado a las 13:19 h.

Son días complicados en la Consellería do Medio Rural. Muchos kilómetros, muchas horas sin dormir, muchas llamadas, mucha adrenalina. El conselleiro do Medio Rural, José González, está en el Centro de Coordinación Central de Defensa contra Incendios (CCC) para apoyar a su equipo y ver la evolución de los incendios. Ha dormido poco, pero no por las críticas que hablan de que las medidas de prevención no llegan o de que no hay suficientes efectivos de extinción. Eso no le quita el sueño. Lo que le preocupa es la seguridad de las personas y poner freno a los que están detrás de los incendios que se han ido sucediendo desde el pasado fin de semana. Cogerlos con las manos en la masa es complicado, pero como dice «los investigadores tienen abiertas varias líneas de trabajo, están siguiendo a varios incendiarios y los vamos a coger».

—Ha dormido poco. ¿Está cansado o enfadado?

—Son muchos días, pero la adrenalina te mantiene despierto. La sensación es más bien de rabia por lo que está pasando en estos momentos, sobre todo lo que ha pasado desde el fin de semana pasado.

— El origen de los fuegos de Valdeorras u O Courel no tiene nada que ver con el de Verín. ¿Qué ha cambiado en el monte desde el pasado fin de semana?.

—En los dos primeros la causalidad fueron las tormentas secas y los rayos que, al no haber lluvia, provocaron una simultaneidad de incendios que tensionó mucho el dispositivo. Después, las condiciones climatológicas con temperaturas por encima de los 40 grados en algunas zonas. combinadas con muy poca humedad, provocaron que los incendios fueran muy virulentos y, sobre todo, que fueran muy poco previsibles. Eso fue, entre otras razones, lo que provocó los desalojos con carácter preventivo en O Courel y Valdeorras. En los incendios de ahora hay un claro componente de intencionalidad. Y no lo dice el conselleiro do Medio Rural, es lo que dicen los investigadores de la Unidad de Investigación de Incendios Forestales (UIFO), que están totalmente cohesionados con las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.

—¿Qué datos manejan?

—En el fin de semana del 30 y 31 de julio hubo 26 incendios en horario nocturno, cuando ya no pueden volar medios aéreos. Quien hace estas cosas, conoce eso. En el incendio de Maceda, por ejemplo, fueron tres focos diferentes en un incendio que se acaba de declarar extinguido y que el propio alcalde dijo que era intencionado de libro. En O Ribeiro, ha habido una intencionalidad manifiesta en diferentes ayuntamientos. Fue especialmente sangrante en Boborás, donde en la tarde del domingo hubo incendios a favor del viento muy cerca de las aldeas. Y ya la culminación es el de Verín, con diez focos que tenemos acreditados y visitados por la UIFO que ha constatado la intencionalidad. Hay quien habla de doce focos, pero yo tengo acreditados diez. Tenemos datos que acreditan esa intencionalidad sin absolutamente ninguna duda. En algunos casos de conatos, hemos detectado incluso artefactos incendiarios, papel amontonado o pastillas de encendido en diferentes lugares.

—¿Y si pasa todo esto por qué no se coge a los incendiarios?

—Es muy complicado. Es un trabajo de muchas horas, mucha preparación. Por eso decidimos dedicar esas 15 personas de la UIFO para que estuvieran dedicadas todo el tiempo a la investigación, coordinados con la gente de las brigadas que cubre los distritos. Ahí apelo a trabajar coordinadamente, como está pasando, con las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado y también con los jueces y fiscales. Tenemos que avanzar todos juntos en la investigación y buscar herramientas y fórmulas que nos permitan coger a los incendiarios con las manos en la masa porque es el modo de desincentivar este tipo de comportamientos.

—La colaboración ciudadana también resulta importante.

—Desde luego. Datos que no parecen importantes como que acaba de pasar un coche y poco después hay humo, casados con otros datos de investigaciones abiertas que no puedo decir por cuestiones operativas pueden permitir la detención de algún desalmado que está dedicándose a prender fuego de forma intencionada y que no solo puede provocar daños forestales, también a las personas. El teléfono 900 815 085 ha recibido 120 llamadas durante julio. De algunas de ellas salen líneas de investigación muy interesantes.

—Dice que hay varias líneas de investigación abiertas...

—Hay varios incendiarios o incendiarias sobre los que los equipos de investigación tienen puestos los ojos y los vamos a coger. Los estamos investigando y también en algunos casos se está haciendo un seguimiento de sus coches, estamos moviendo los drones... Vamos a tratar de coger a alguno con las manos en la masa. Hay mucha gente moviéndose por el territorio para desincentivar ese tipo de comportamientos. Además, Galicia tiene muchos avances tecnológicos para controlar el monte. Tenemos 148 cámaras que cubren en torno al 70 % del territorio y no solo permiten visualizar muy rápido los incendios o tomar decisiones estratégicas sobre dónde colocar los medios de extinción, también permiten detectar esos posibles comportamientos incendiarios.

—No se van a ir de rositas...

—Aquel incendiario, lo vamos a llamar delincuente porque lo que está haciendo es un delito, que sea cogido con las manos en la masa va a tener que enfrentarse a penas de cárcel elevadas, además de asumir la indemnización de los daños causados y lo que es muy importante, los gastos de extinción que en algunos de estos incendios son cuantiosísimos. No vamos a parar hasta que caiga sobre ellos todo el peso de la ley.

—No hace mucho hablaba con un experto en incendios que decía que tenemos unos de los mejores equipos de extinción del mundo, pero la cuestión es ordenar mejor el monte. ¿Es esa una materia pendiente en Galicia, donde la mayor parte del monte es privado?

—En el dictamen de la comisión de incendios que se creó en el Parlamento tras los fuegos del 2017 ya se decía que había que insistir más en la planificación forestal. El Plan Forestal de Galicia apuesta claramente por la ordenación y se está trabajando en el decreto de contrato de gestión pública para avanzar en todo aquello que se va a gestionar por parte de la administración forestal, se está trabajando en la diversificación del monte, pero sobre todo tenemos encima de la mesa el anteproyecto de ley de lucha integral contra incendios forestales. Todo esto se ha hecho en colaboración con la universidad. La batalla que hay que jugar ahora es la de darle prioridad a las infraestructuras preventivas en el territorio: puntos de agua, cortafuegos, pistas donde sean necesarias... También tenemos capacidad de actuación en ese campo con las herramientas de la Lei de Recuperación de Terra Agraria que tienen capacidad de colocar actividad agrícola y ganadera que ayuda a reducir incendios. Abrimos un camino, pero necesitamos la participación de los dueños de la tierra.

—Hay quien critica que no entran a limpiar a tiempo las fincas.

—Cuando vienen los incendios todo el mundo dice, es que hay que hacer prevención. Pero en Galicia se hace prevención. Yo preguntaría a ver quién en estos momentos tiene 259 de los 313 ayuntamientos con planes de prevención y de extinción de incendios o quien tiene como Galicia delimitadas las franjas de protección en torno a las aldeas, gracias a un acuerdo entre la Xunta y la Fegamp. Las fincas de esas franjas tienen propietarios con unas obligaciones de mantener las franjas limpias. Lo que tiene que hacer la administración si no limpian ellos es proceder a la ejecución subsidiaria, pero es un procedimiento complicado porque estamos hablando de entrar en fincas privadas. Hay que notificar, publicar en el boletín correspondiente... ese trabajo se está haciendo. No digo que no haya que apurarlo más o menos. Lo que resulta es un trabajo ingente. Solo el año pasado movimos 352.000 notificaciones y publicaciones, comprobamos el estado de más de 860.000 parcelas, que suman 60.000 hectáreas. Desde el 2019 pasamos de un 50 % de fincas revisadas que estaban limpias a un 66 %, subir 16 puntos en cuatro años es bastante importante, aunque continúan viéndose fincas sin limpiar. Probablemente estemos hablando de dos millones de parcelas en el conjunto de todas las franjas secundarias.

—Este viernes el BNG acusó a la Xunta de no haber hecho los deberes en materia de prevención y de extinción. En concreto, la diputada Noa Presas dijo que no habían aprobado a tiempo los convenios con los ayuntamientos para rozas, motobombas y la constitución de brigadas...

—Los convenios con los ayuntamientos están suscritos desde el 20 de junio. Las brigadas municipales tienen un tiempo de trabajo de tres meses y también están orientadas a cubrir los meses de agosto, septiembre y de octubre. Eso se hace para tener medios al final de la campaña de alto riesgo, ya que según los últimos informes, es la temporada más peligrosa. Pero además el hecho de contar, tanto en el episodio meteorológico excepcional como en el de alta actividad incendiaria con más o menos brigadas municipales no sería determinante para hacer frente al fuego. Las condiciones únicas pusieron a prueba el dispositivo, que respondió con profesionalidad y eficacia.

—Ahí tenemos que volver a hablar de ordenar el monte, algo que no parece fácil en una comunidad con miles de fincas de desconocidos

—En las franjas secundarias hay muchas de esas parcelas y la realidad es que eso es algo que tenemos que revisar. Vamos analizar junto con los ayuntamientos cómo agilizamos y realizamos la ejecución subsidiaria, pero que nadie se lleve a engaño porque si una administración pública entra en ejecución subsidiaria le van a cobrar al propietario el valor de la limpieza y habrá que ver hasta qué punto vamos a tener que estar limpiando todos los años o cómo podemos forzar a ese propietario a que lleve a cabo la limpieza. A mayores de eso tenemos un plan de prevención específico que desde el 2018 ha entregado prácticamente cien tractores con desbrozadora a los ayuntamientos de toda Galicia. Este año además hay treinta tractores alquilados que están cedidos a los ayuntamientos. Decir que en Galicia no se hace prevención...

—En días de calor la ciudadanía también tiene que prevenir

—Hay que extremar la prudencia cuando el índice de riesgo de incendios es muy alto o extremo, como sucede con estas temperaturas y con el viento del nordés. En estos casos la ley marca que está limitado el acceso a los caminos forestales, salvo quien vive o trabaje en la zona. Tampoco se permite usar desbrozadoras en terreno forestal.