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El olivar gallego es, de momento, el único que gana la batalla a la climatología

María Cedrón REDACCIÓN

AGRICULTURA

MARTINA MISER

Mientras la sequía amenaza la cosecha en grandes zonas productoras del sur, en Galicia de momento parece aguantar

05 may 2023 . Actualizado a las 12:33 h.

Todavía es pronto para saber cómo será la cosecha de aceite este año en Galicia. Habrá que esperar a que acabe el cuajado de la floración, pero de momento parece que pinta bien. Todo lo contrario a lo que ocurrió el año pasado, o lo que está ocurriendo en las grandes zonas productoras de aceite de oliva de la Península. De Andalucía a Castilla-La Mancha o Cataluña, donde la sequía apunta a que la aceituna será pequeña y escasa porque el olivo no tiene agua y, por tanto, la cosecha tampoco será muy abundante.

Los datos que maneja el Consejo Oleícola Internacional (COI) hablan de que la pasada cosecha la producción de aceite de oliva en España alcanzó los 1,4 millones de toneladas, una cantidad que en la campaña de este año ha bajado a las 780.000 toneladas. Los olivareros no son muy optimistas con la evolución de la campaña. 

Aunque Galicia fue en tiempos una zona de olivar, no puede compararse con los grandes campos de olivos de Andalucía. Pero también es cierto que el aceite que se produce es de calidad gourmet. «Por aquí arriba somos muy pequeños, pero parece que la cosecha de este año va a ser mejor que la del año pasado. Después de la falta de agua de la campaña pasada, esperábamos que lloviera en invierno para que los árboles recuperaran. Llovió en noviembre y diciembre y estamos viendo unos buenos crecimientos», explica Alberto Fernández, técnico de campo de Aceites Abril.

De todas formas, explica que habrá que esperar a que acabe el cuajado de la flor. «Hay zonas de la costa en donde está empezando a abrir la flor y luego poco a poco irá abriendo la que está en los árboles que crecen más al este de la comunidad», dice. Este es un momento en el que los olivareros están pendientes del cielo.  Porque todavía falta para la recogida. «Ahora es un momento en el que los olivos agradecerían unas lluvias suaves; ahora bien cuando esté toda la flor abierta ahí es preferible que no vengan lluvias acompañadas de fuertes vientos porque estropearía el posterior cuajado. Aquí se recoge cuando la aceituna está cambiando del color verde al violaceo», comenta. Aún falta para eso.