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¿Por qué unas granjas pagan mucho más que otras por el IBI?

Xosé María Palacios Muruais
XOSÉ MARÍA PALACIOS VILALBA / LA VOZ

AGRICULTURA

Explotación de ganado vacuno en Friol, donde el IBI tiene bonificación
Explotación de ganado vacuno en Friol, donde el IBI tiene bonificación ALBERTO LÓPEZ

La bonificaciones a construcciones de uso agropecuario varían de unos concellos a otros

06 ene 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Pagar más de 1.100 euros anuales de Impuesto Bienes Inmuebles (IBI) o desembolsar solo 55. Es lo que ocurre en un municipio como Friol, en donde el Concello decretó una bonificación del 95 % para construcciones relacionadas con la agricultura y con la ganadería. Decisiones de ese tipo empezaron a tomarse hace años como una forma de atenuar los efectos del catastrazo aplicado por el Ministerio de Hacienda. A las altas de numerosas construcciones se le sumó una actualización de los valores catastrales, lo que generó malestar y hasta acaloradas polémicas en plenos de algunos municipios.

Aplicar las bonificaciones es una forma de apoyo al medio rural. «É un efecto chamada para que a xente decida asentar no rural. Para os que viven no rural é unha maneira de axudar», opina el alcalde de Friol, José Ángel Santos (PP). Las bonificaciones se dan en municipios al margen de las siglas políticas, pues también se aplican, por ejemplo, en Muras, cuyo alcalde es del BNG. El regidor murense, Manuel Requeijo, sostiene que se trata de un gesto de apoyo, aunque recalca que el medio rural necesita más ayudas.

La diferencia entre unos municipios y otros es recogida por el Sindicato Labrego Galego (SLG). La responsable de la oficina de Vilalba, Margarida Prieto, considera  además que las construcciones están valoradas por encima de la situación real. «Valóranse coma se fosen naves do polígono de Vilalba», dice. Según datos del SLG, no se aplican bonificaciones ni en la mitad de los ayuntamientos de Lugo.

«O campo non soporta máis impostos»

Lupe Prado, ganadera de la parroquia vilalbesa de Santaballa, se benefició el año pasado, y el anterior de las bonificaciones decretadas por el Concello de Vilalba. Con esa medida, explica, la explotación dejó de pagar 700 euros para abonar solo 40. «O campo non soporta máis impostos nin máis presión», dice. En estos momentos, afirma, las granjas carecen de márgenes de beneficio para afrontar impuestos más altos