La iniciativa vecinal ha impulsado y mantenido el certamen El recinto ferial de la localidad lleva el nombre de Manuel Vila desde hace varios meses
29 mar 2007 . Actualizado a las 07:00 h.Pocas expresiones como la de trabajo en equipo encuentran un lugar mejor que Muimenta para desarrollar todo su sentido. Moexmu alcanza las 23 ediciones con la confianza de haber sabido sobrevivir y consolidarse y con la seguridad de responder a unos rasgos claros. Uno de ellos está en su perfil, ya que la actividad agrícola y ganadera encuentra en el certamen un reflejo de la importancia que tiene en el municipio y en Terra Chá. Y otro, no menos importante que el primero, es el espíritu emprendedor y solidario que se demuestra año tras año. Un grupo de empresarios forman la columna vertebral de la organización, que además tiene un coordinador y el apoyo de diversas entidades -Concello, Diputación, fundación comarcal- que intervienen en la organización. El papel de la iniciativa privada, más palpable que en otros lugares, y el espíritu emprendedor y unido de la población eran subrayados ayer por el coordinador del comité organizador, José Manuel Rus. «¿Razóns exactas? Non o sei. O que si está claro é que a xente de Muimenta pode ser considerada un pouco inconformista, e iso lévaa a esforzarse», decía. Si ese espíritu se mantiene, el futuro de la feria puede considerarse seguro. ¿Lo ve así el coordinador? Rus no parece rechazar esa opinión: «Supoño que si», opina. Por otro lado, Moexmu 2007 supone, sin abandonar los dos rasgos antes citados que suponen sus dos características básicas, una novedad: es el primer año que se celebra desde que el recinto ferial, hace varios meses, pasó a llevar el nombre de Manuel Vila. La decisión, propuesta por el comité organizador del certamen y secundada por el Concello, supone un reconocimiento popular a una persona que en las últimas décadas décadas ha participado activamente en la aparición y en la consolidación de iniciativas como Moexmu y en la consecución de otros objetivos en la localidad. El recinto, como no podría ser de otro modo en esta villa, fue comprado por los vecinos. El dinero necesario procedía de una masa forestal.