Un niño de 12 años con una lesión cerebral estrena un exoesqueleto del CSIC

antonio paniagua COLPISA / MADRID

SOCIEDAD

POOL MONCLOA / FERNANDO CALVO | EUROPAPRESS

Jorge Alejo Muñoz-Torrero acudió a clase por su propio pie y recibió regalos de sus compañeros

06 abr 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

Este martes fue un día especial para Jorge. Cumplió 12 doce años y lo celebró enfundándose en un exoesqueleto que le permitió dar unos pasos ante sus padres, compañeros y amigos del colegio El Encinar de Torrelodones (Madrid), que le agasajaron con regalos y le cantaron el Cumpleaños feliz.

La víspera fue sin duda más gratificante que este miércoles, día en que visitará el quirófano, lo que le obligará a permanecer postrado dos meses. Jorge Alejo Muñoz-Torrero nació con una lesión cerebral que afecta a su área motora y le impide caminar. Ese daño se traduce en una dolencia cognitiva leve que le genera otros problemas de comunicación y lenguaje verbal. «Necesita atención continua para todo tipo de tareas. Es un gran dependiente», dice su madre, Eva Muñoz-Torrero.

Gracias a las prestaciones del exoesqueleto pediátrico, denominado Atlas 2030, un aparato que funciona con ocho motores, Jorge ha podido mantenerse erguido, caminar y lanzar una pelota a la canasta. «Ha experimentado una mejora global. Desde el primer momento tuvo una especie de mejora cognitiva. Además, ahora está más fuerte. Su tronco y cabeza están más sujetos. Ha mejorado su habla y hasta sus ganas de participación y autoestima», asegura Eva Muñoz, quien aprecia un cambio de humor en su hijo.

El exoesqueleto presenta la ventaja de que no es invasivo, carece de electrodos que se inserten en el niño ni en su cerebro, ni siquiera por debajo de su piel. «Lo que hacemos es una sensorización muy sensible que capta la movilidad residual del niño», argumenta Elena García Armada, investigadora del CSIC, fundadora de Marsi-Bionics y una de las 30 mujeres más influyentes en el mundo de la robótica.

El dispositivo robótico que sujeta las piernas y el tronco de Jorge no solo fortalece su cuerpo, sino que además ha desplegado efectos beneficiosos en su aparato digestivo y ampliado la potencia de su voz. Lo más sorprendente es que Jorge parece más confiado y motivado, lo que ha infundido esperanza a sus padres.

Los robots fabricados por Marsi-Bionics imitan el funcionamiento del músculo y disponen de diez articulaciones capaces de adivinar la intención del movimiento del paciente. A través de juegos con el niño, ayuda realizar una terapia muscular integral. Por añadidura, ha demostrado su eficacia para retardar las complicaciones asociadas a la atrofia muscular espinal y la parálisis cerebral.

El exoesqueleto está construido a base aluminio y titanio y tiene un peso de 12 kilos. Los progresos de Jorge fueron vistos, aparte de sus amigos, por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y las ministras de Educación y Ciencia, Pilar Alegría y Diana Morant, respectivamente. Diecisiete millones de niños están postrados en una silla de ruedas por culpa de una enfermedad neurológica que les impide caminar.