La Xunta advierte que las sanciones covid «se pagarán tarde o temprano»

Jorge Casanova
jorge casanova REDACCIÓN / LA VOZ

SOCIEDAD

Santi M. Amil

La mascarilla provocó la mayoría de las multas de la policía autonómica

08 dic 2020 . Actualizado a las 05:00 h.

Diez mil identificaciones y 706 multas en las últimas seis semanas. Ese es el balance de la actividad covid de la Policía Autonómica. ¿Son muchas multas, son pocas? «Después de tanto tiempo de conocimiento de las restricciones, es un número importante», valora Santiago Villanueva, director xeral de Emerxencias. La mayor parte de la actividad sancionadora del cuerpo policial dependiente de la Xunta en este segundo estado de alarma ha estado relacionada con la mascarilla, cuyo mal uso o directamente su ausencia generó hasta 542 denuncias.

Esta infracción es una de las más sencillas de detectar ya que otras, como la vulneración de los cierres perimetrales o las reuniones en domicilios entre personas no convivientes, resultan algo más complejas. ¿Cómo sancionar una reunión de más de diez personas en un domicilio? «Nosotros no podemos entrar en un domicilio sin una orden -admite Villanueva-, pero podemos esperar a que la gente salga. O sancionar el exceso de ruido. Tenemos muchas formas de actuar».

En buena medida, el cumplimiento de la normativa anti covid depende de la responsabilidad individual y a ello no ha ayudado el hecho de que las sanciones derivadas de las denuncias apenas se hayan cobrado: «Es verdad que hubo un problema de interpretación de la competencia sancionadora, pero ya no la hay. La multa le va a llegar a todo el mundo. Las multas se pagarán, tarde o temprano. Ese es el mensaje», advierte Villanueva, que añade que las denuncias interpuestas por la Policía Autonómica desde el inicio de la pandemia supera holgadamente las tres mil.

A la dificultad de establecer con claridad la vulneración de la norma se une la ambigüedad de algunas, especialmente la que se refiere al término allegado: «Las normas tienen que ser lo más claras posibles, para que las interpreten los ciudadanos y para exigir su cumplimiento. En este tema tenemos que apelar a la responsabilidad individual. Y yo parto de que lo vamos a ser», opina el responsable de la Policía Autonómica. «En Galicia no tenemos tres millones de policías así que dependemos de la responsabilidad del ciudadano. Hay que pensar que todas estas normas se dictan en beneficio de todos».

Villanueva recuerda la picaresca puesta en marcha durante el confinamiento cuando había vecinos que visitaban ocho veces al día el supermercado o se desplazaban a la farmacia más alejada de su domicilio. En general, la gente acata las normas y acepta la sanción cuando le corresponde: «Aunque hay de todo, también el típico que se encara y le pregunta al policía si no tiene nada mejor que hacer». Villanueva explica que el control de las normas y la imposición de sanciones en absoluto tienen afán recaudatorio: «A aquel que se baja del coche para pagar la gasolina sin mascarilla no se le sanciona porque es claramente un despiste, pero sí a uno al que se le advierte y al cabo de diez minutos se le vuelve a pillar sin mascarilla o con ella mal puesta».

Después de las relacionadas con las mascarillas, las sanciones que más impuso la Policía Autonómica fueron a personas que estaban reunidas siendo no convivientes. Las que tienen que ver con la movilidad fueron, en este segundo estado de alarma, 35. En este apartado, la posibilidad de vulnerar la norma es también relativamente sencillo ya que, en principio, es necesario disponer de un justificante, aunque no para ir a una sucursal bancaria, por ejemplo: «En muchos casos, quienes montan los operativos son agente de las policías locales que conocen a sus vecinos. La policía más o menos detecta quien miente o no miente», considera el director xeral.