Charlize Theron: «Me propuse superar a los hombres y creo que lo he conseguido»

maría estévez LOS ÁNGELES / COLPISA

SOCIEDAD

Matt Crossick / PA Wire / dpa

La actriz protagoniza «La vieja guardia», la película más vista de Netflix

23 ago 2020 . Actualizado a las 22:54 h.

Genéticamente perfecta, el nombre de Charlize Theron se nos escapa de la boca cada vez que buscamos un ejemplo de belleza. A la simetría de sus facciones le acompaña la altura, la personalidad, la sonrisa, pero, además, Charlize demuestra su talento dentro y fuera de la pantalla. A su imponente físico se une su poder como productora con títulos como Mindhunter, El escándalo, Atómica o Tully. Este verano Theron apuesta por La vieja guardia, la película más vista de la plataforma Netflix. La cinta está inspirada en los cómics del escritor Greg Rucka y el artista Leandro Fernández. Cuenta la historia de un grupo de mercenarios inmortales. Theron da vida a Andy, una guerrera milenaria.

-Se ha convertido en una mujer que dirige y controla su carrera en Hollywood gracias a su productora. ¿Considera necesario producir para triunfar?

-En parte sí. Me gusta producir, incluso si no protagonizo la película, porque es un trabajo que me estimula creativamente. Estar a cargo de la producción significa tener control y yo no quiero depender de nadie para poder evolucionar profesionalmente.

-«La vieja guardia» se ha convertido en la película más vista de Netflix. ¿Qué destacaría de este proyecto?

-Me encantan los personajes de la historia y cómo la trama se desdobla en el tercer acto. Sin revelar mucho, hay un momento que me fascina: cuando el personaje de Nile despierta a Andy, mi personaje, y ella comienza a recordar el valor de las cosas que ha ido olvidando.

-Tuvo que prepararse físicamente para el papel de Andy.

-Muchísimo, pero contábamos con un equipo de entrenadores y coreógrafos absolutamente increíbles. KiKi Layne y yo vivimos en Los Ángeles por lo que decidimos entrenar juntas. Nos ayudábamos la una a la otra y encontrábamos la inspiración para superarnos cuando las cosas se ponían difíciles. Me divirtió entrenar con alguien a mi lado a quien confesaba que me dolían las rodillas.

-Usted tiene tendencia a protagonizar películas de acción.

-Sí. Me educó una madre que amaba las películas de Chuck Norris y Charles Bronson. Mi padre disfrutaba con Mad Max, era inevitable que me gustara la acción. Creo que hemos cambiado el género para las mujeres. El público ama este tipo de películas. Les encanta que haya una mujer liderando a todo el equipo.

-¿Cree que han evolucionado las películas de acción?

-Sin duda. Ahora los personajes femeninos tienen otra profundidad, son capaces por sí mismas de mantener el misterio de la narración. Hace una década había una imagen equivocada de las mujeres en el universo de la acción. Yo he metido mucha presión. Me propuse superar a los hombres y creo que lo he conseguido. Me siento muy orgullosa de lo que he logrado.

-Se habla mucho en Hollywood de falta de representación de las minorías. Usted, por el contrario, representa el privilegio de la mujer blanca.

-Recuerde que nací en Sudáfrica. Cuando hablamos de representación nos referimos a la racial y cultural, pero también a la femenina.

-Usted es madre soltera de dos hijos y dirige una compañía. ¿Cómo organiza su tiempo?

-Con mi primer hijo esterilizaba hasta los zapatos que me ponía en casa. El temor a matarle me paralizaba. Luego, con el segundo, empecé a comprar pañales baratos y alguna vez le he dado el chupete del suelo. Los segundos hijos son más duros porque la madre está más preparada.

-Está comprometida con una organización de ayuda a Sudáfrica.

-Nací y crecí en un país con mucha agitación y mucho sufrimiento, con mucha desigualdad. Viví en Sudáfrica durante los años del apartheid y eso te marca para toda la vida porque te sientes parte de un sistema horrible. Voy a dedicar mi vida entera a que no vuelva a suceder en ningún otro lado. Voy a prestar mi voz a las causas que lo necesitan. Voy a ser franca en mis opiniones, como en la defensa del matrimonio gay y los derechos de igualdad. Voy a regresar a mi país cuando sea necesario para asegurarme de que contribuyo poniendo algo sobre la mesa.